miércoles, 19 de junio de 2013

9 razones para eliminar las gaseosas de tu dieta

9 razones para eliminar las gaseosas de tu dieta

Sabemos que beber una lata de refresco es consumir alrededor de 8 cucharadas de azúcar refinada, y sin embargo seguimos consumiéndolas, como si unos minutos de placer refrescante fueran más importantes que nuestra salud a largo plazo. Aquí les presentamos otras 9 razones para dejar de beber gaseosas inmediatamente:


1. Asma

El benzoato de sodio que contienen las bebidas gaseosas es un preservativo, incrementa el sodio general de la dieta y reduce nuestra habilidad de absorber el potasio. Algunas reacciones al benzoato incluyen urticaria recurrente, asma y eczema.

Al día, 11 estadounidenses mueren de asma y el costo del asma en E.U.A escala a más de 18 billones de dólares anuales.


2. Problemas en los riñones

Los refrescos contienen niveles altos de ácido fosfórico que se han asociado con cálculos renales y otros problemas de los riñones.

Es mucho más probable que desarrolles cálculos renales si eres un hombre, blanco con mucho sobrepeso.


3. Exceso de azúcar

- 20 minutos después de beber una gaseosa, el nivel de azúcar en la sangre incrementa rápidamente causando una explosión de insulina. Tu hígado responde convirtiendo el azúcar en grasa.

- 40 minutos después, la absorción de cafeína termina. Las pupilas se dilatan, la presión sube, y cómo respuesta, el hígado lanza más azúcar a la sangre.

- 45 minutos después, el cuerpo incrementa la producción de dopamina, estimulando los centros de placer en el cerebro. Por cierto, la heroína trabaja de la misma manera.


4. Obesidad

La relación entre la obesidad y las gaseosas es tan estrecha que los médicos calculan que por cada refresco consumido, la probabilidad de desarrollar obesidad incrementa 1.6 veces.

- El 70% de las enfermedades cardiovasculares son causadas por la obesidad.

- EL 42% del cáncer de colon y de mama es diagnosticado en individuos obesos.

- El 30% de operaciones de la vesícula biliar están relacionadas a la obesidad.


5. Disuelve el esmalte dental

El azúcar y ácido de las bebidas gaseosas disuelven fácilmente el esmalte de los dientes, cuando las caries llegan al nervio, la raíz y el área en la base del diente, el diente puede morir, y si no se trata a tiempo, se puede formar un absceso.


6. Enfermedades cardiacas

La mayoría de las gaseosas contienen jarabe de maíz alto en fructuosa, un endulzante que recientemente ha enfrentado muchas críticas. El jarabe de maíz alto en fructuosa se ha relacionado con un riesgo más alto de síndrome metabólico, una condición que se ha asociado con un riesgo más alto de sufrir diabetes y enfermedades cardíacas.

En el 2006, más de una en cada 4 muertes fue causada por enfermedades cardíacas.


7. Complicaciones reproductivas

Las latas de refrescos tienen una cubierta de resina que contiene (Bisfenil-A), el mismo químico utilizado en botellas para bebé de plástico, botellas de agua y contenedores de plástico que arruinan el sistema endocrinológico, potencialmente causan pubertad prematura y anormalidades reproductivas y cáncer.


8. Osteoporosis

Las gaseosas contienen ácido fosfórico y una dieta con altos niveles de fosfato se ha relacionado con el rompimiento de huesos y una probabilidad más alta de desarrollar osteoporosis. Cuando el fosfato es excretado a través de la orina, jala calcio consigo, así eliminando este mineral esencial del cuerpo.

El 80% de las personas que son afectadas por la osteoporosis son mujeres.


9. Diábetes

Aquellas personas que beben gaseosas frecuentemente tienen un riesgo 80% más alto de desarrollar diabetes tipo 2. Aproximadamente el 10% de los costos médicos anuales en Estados Unidos, se deben a la diabetes.

Fuente: ecoosfera

Las 10 empresas que controlan (casi) todo lo que consumes diariamente

Tomado de: Las 10 empresas que controlan (casi) todo lo que consumes diariamente

Las 10 empresas que controlan (casi) todo lo que consumes diariamente
Haz el ejercicio y trata de identificar cuántas de estas marcas utilizas en tu día a día desde que te levantas hasta que te vas a dormir. Actos como lavarte los dientes, afeitarte, ducharte, vestirte, ponerte el desodorante, tomarte los cereales, comer en un restaurante de comida rápida, darle de comer a tu perro o gato, mascar un chicle o tomarte un refresco implican consumir algunos de los productos comercializados por tan sólo unas pocas corporaciones. Nuestra economía se basa en el consumo, y este consumo está definido y condicionado por un puñado de empresas.
Las 10 empresas que ves en el encabezado de este artículo (clica aquí para ver en grande) producen y distribuyen más de 2.150 productos de consumo diario en docenas de países de alrededor del mundo y facturan más de mil millones de dólares diarios por ello. Coca Cola, Pepsico, Kelloggs, Nestlé, Johnson & Johnson, P&G, Mars, Kraft, Unilever y General Mills, son las 10 corporaciones que controlan buena parte del mercado de consumo masivo y que se concentran en esta infografía elaborada por la web Convergence Alimentaire (convergencia alimentaria). Probablemente algunos de los grandes ausentes de esta infografía sean el grupo francés Danone, especializado en lácteos y que comercializa más de 30 marcas de productos lácteos y aguas, y la británica Associated British Foods, que comercializa alrededor de una docena de marcas de productos en un total de 44 países.
Aunque no lo parezca es más que probable que en tu día a día consumas decenas de productos procedentes de las llamadas 10 grandes, casi sin que te des cuenta. Aquí debajo desglosamos el total de marcas y productos que cada uno de estos gigantes vende a cientos de millones de consumidores de todo el mundo.
Unilever: más de 400 marcas.
Coca-Cola: más de 400 marcas.
Pepsico: 22 marcas (aunque distribuye productos asociándose con otras empresas).
Mars: más de 100 marcas.
Johnson & Johnson: más de 75 marcas.
Procter & Gamble: más de 300 marcas.
Kraft: más de 150 marcas.
Nestlé: 31 marcas bajo las que distribuye 146 productos.
General Mills: más de 100 marcas bajo las que se distribuyen más de 615 productos.
Kellogg’s: más de 65 marcas.
Lejos de la idea que uno pueda tener que el mercado de consumo de productos de alimentación uso diario es subministrado por cientos de empresas esta infografía nos demuestra que la realidad no es así. No existe una diversidad real, pues aquellas pequeñas marcas que pretendían ofrecer algo diferente, fueron ya absorbidas por los grandes conglomerados comerciales. Las fusiones, y las compras de empresas pequeñas por parte de grandes conglomerados como los aquí presentados son algunas de las explicaciones del fenómeno, que deja a muchísimas de las marcas de consumo en muy pocas manos, y que según varias organizaciones tienen consecuencias peligrosas por el poder que adquieren esos conglomerados ante el poder político y su creciente capacidad de influencia. De hecho algo parecido sucede también en el mundo de los medios de comunicación, tanto en los Estados Unidos, como en España, cuyo sector es controlado cada vez más por un menor número de corporaciones fruto de las adquisiciones y fusiones.
El mapa que muestra la organización de los pequeños sellos de productos y sus empresas ilustra cómo un gran número de marcas nos da una falsa imagen de libertad en la elección. Adam Smith hablaba de la mano invisible que controla el mercado. En este artículo se puede ver que el dominio lo tienen un pequeño grupo de empresarios y que la independencia que se siente a la hora de elegir una marca de jugo o té y no un refresco, puede pasar a un segundo plano porque se está comprando un producto de la misma empresa.
El poder de las 10 grandes
En todo el mundo se beben más de 4.000 tazas de Nescafé por segundo y se consumen productos de Coca-Cola 1.700 millones de veces al día. Tres empresas controlan el 40 por ciento del mercado mundial de cacao, y en 2010 Nestlé declaró unos ingresos mayores que el PIB de Guatemala o Yemen.
De hecho, las 10 grandes generan en conjunto unos ingresos de más de 1.100 millones de dólares al día y dan trabajo a millones de personas, de manera directa e indirecta, en el cultivo, procesamiento, distribución y venta de sus productos. En la actualidad, estas empresas forman parte de una industria valorada en 7 billones de dólares, mayor incluso que el sector de la energía,y que representa aproximadamente un diez por ciento de la economía mundial.

Las 10 grandes a ojos de Intermon Oxfam

Según una reciente campaña de la organización Intermon Oxfam (IO) las diez grandes empresas que controlan el mercado mundial de la alimentación no están respetando algunos de los derechos básicos de las comunidades agrícolas que les proporcionan tierra, agua, mano de obra y materias primeras para que elaboren sus productos. Como resultado “las 10 grandes” siguen aumentando su éxito comercial, facturando entre ellas 1.100 millones de dólares cada día, pero otros millones, los de pequeños agricultores, son cada vez más pobres. De hecho el 80% de las personas que pasan hambre en el planeta trabajan en la producción de alimentos en el sector agrícola.
La campaña de IO, bajo el nombre Tras la Marca, tiene como objetivo incrementar la transparencia y la rendición de cuentas de 10 de las empresas de alimentación y bebidas más poderosas del mundo (las 10 grandes) que según IO son Associated British Foods (ABF), Coca-Cola, Danone, General Mills, Kellogg, Mars, Mondelez International (antes conocida como Kraft Foods), Nestlé, PepsiCo y Unilever en relación a su cadena de suministro. Los resultados se pueden apreciar en la tabla inferior.
Según indica IO en su informe: “En Pakistán, las comunidades rurales afirman que Nestlé embotella y vende agua subterránea de muchísimo valor cerca de pueblos que no pueden permitirse agua potable. En 2009, Kraft fue acusada de comprar carne de vacuno a proveedores brasileños involucrados en la tala de árboles en la selva amazónica para que pastara el ganado. Y actualmente Coca-Cola se enfrenta a denuncias de trabajo infantil en su cadena de suministro en Filipinas.”
Las diez grandes empresas de la alimentación “no respetan” los derechos de los pequeños agricultores según Intermón Oxfam. Fuente: Cadena Ser
Según IO Tras la marca revela que por lo general, los programas de responsabilidad social y de sostenibilidad que han llevado a cabo las empresas hasta ahora han sido diseñados específicamente para, por ejemplo, reducir el uso del agua o formar a las mujeres agricultoras. Sin embargo, estos programas no abordan las causas principales del hambre y de la pobreza, porque las empresas no tienen políticas adecuadas que guíen las actividades de sus cadenas de suministro.
IO concluye indicando que algunas de las principales deficiencias de las políticas de las empresas son:
• Las empresas no son suficientemente transparentes en relación a sus cadenas de suministro agrícola, lo cual dificulta comprobar la veracidad de sus declaraciones en cuanto a su “sostenibilidad” y la “responsabilidad social”;
• Ninguna de las 10 grandes dispone de políticas adecuadas para proteger a las comunidades locales del acaparamiento de tierras y de agua a lo largo de sus cadenas de suministro;
• Las empresas no toman suficientes medidas para frenar las enormes emisiones de gases de efecto invernadero por parte del sector agrícola; dichas emisiones han provocado cambios en el clima, que ahora están teniendo consecuencias negativas para los agricultores;
• La mayoría de las empresas no ofrece a los pequeños agricultores igualdad de acceso a sus cadenas de suministro, y ninguna de ellas se ha comprometido a garantizar que reciben un precio justo por sus productos;
• Muy pocas de estas empresas han tomado alguna medida para abordar la explotación de las pequeñas agricultoras y de las trabajadoras agrícolas en sus cadenas de suministro.

domingo, 16 de junio de 2013

Masculinidad y feminismo tienen metas comunes


Tomado de: Articulo Original.
 
Adscrita al programa feminista del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM, la doctora en sociología Olivia Tena Guerrero ha dedicado parte de su trabajo a comprender la condición masculina.

Maestra en psicología por la UNAM y especialista en feminismo y estudios de género, Tena Guerrero ha desarrollado las líneas de investigación Estudios feministas sobre la condición masculina; Crisis de empleo y crisis de masculinidad; Trabajo, género y salud, en las que aventura que la masculinidad y el feminismo tienen metas comunes.

Comencé a trabajar el tema de soltería cuando realicé los estudios de doctorado, pues en ese entonces yo estaba dando terapia a mujeres solteras de entre 30 y 50 años, que me buscaban porque tenían una serie de problemáticas. 

A mí esto me interesaba analizarlo desde la sociología”.

El estudio de la soltería la condujo a incursionar en las investigaciones de género. “Solo tenía a un paciente soltero, pues ningún otro hombre me buscaba por esta razón. Este hombre me pedía ayuda porque tenía una disfunción sexual, no por ser soltero ni porque tuviera un problema moral por ello.”

A partir de este caso, la investigadora pudo darse cuenta de que hombres y mujeres experimentaban de manera distinta la soltería. Fue así como, sin proponérselo ni darse cuenta, emprendió la investigación sobre las masculinidades.

“Me di a la tarea de analizar y publicar algunos datos con los que contaba. De esta forma, el estudio de las masculinidades siguió extendiéndose y fue como, tiempo después, comencé la investigación sobre empleo y desempleo. 

Recientemente, me he enfocado en realizar reflexiones teóricas sobre el significado de la masculinidad desde una perspectiva feminista.”

El feminismo es una teoría social que no solo estudia temas sobre mujeres, sino queem> su objetivo es atender las relaciones entre hombres y mujeres, analizando el ejercicio desigual de poder entre ambos.

“Analizar las masculinidades desde esta perspectiva se debe a que cuando uno trabaja feminismo también trabaja género y este es una categoría relacional.”
“En las sociedades occidentales, y en un país como el nuestro, a los hombres se les exige que cuenten con un poder económico, que tengan gran autoridad sobre las mujeres y sus hijos, y que posean poder sexual”, relata la investigadora.

Existe el llamado modelo hegemónico de masculinidad, un concepto creado por el sociólogo Robert Conell, que tiene como centro el poder masculino, el poder que los hombres tienen que ejercer de una u otra manera.

Durante el análisis Olivia Tena observó que la crisis del modelo económico de nuestro país, que se desata de una crisis a nivel internacional, estaba generando un impacto en el modelo de masculinidad, pues la pérdida del empleo provoca que los hombres pierdan autoridad, poder económico y poder sexual. Es decir, los requerimientos que la sociedad exige para verlos como “hombres”.

“Hay hombres que intentan recuperar la autoridad perdida buscando de manera obsesiva un nuevo empleo, lo que los lleva a angustiarse mucho, enfermarse e incluso a la muerte. De igual forma, en este escenario los hombres presentan una incapacidad total para flexibilizar los roles de género, la imposibilidad de compartir responsabilidades con sus parejas; no aceptan el dejar de ser los proveedores familiares. Esto se traduce en un quiebre para ellos”, relata la psicóloga de la UNAM.

También se encuentran a hombres que son capaces de flexibilizarse y que al no tener empleo, al no tener poder económico, comparten las responsabilidades domesticas cuidando hijos o realizando labores familiares, para que de esta forma su pareja pueda desempeñar el papel de proveedora.

“El problema es que si estos varones recuperan el poder perdido, regresan a las características que conocen como referente masculino; entonces podría no ser un cambio perdurable.”

Asimismo están los hombres que quieren realmente un cambio, que con o sin crisis económica, no están de acuerdo con el modelo hegemónico de masculinidad.

“A esto hecho yo le llamaría masculinidad disidente, pues encontramos a hombres que están dispuestos a negociar con su pareja, con las instituciones y con su familia para tener un cambio concreto. Claramente esto es muy difícil porque no hay instituciones, no existe seguridad social y a veces ni las mujeres que lo quieran hacer.”

A la par, la feminista detectó los comportamientos de los hombres que cuentan con el privilegio de cumplir con las exigencias de la masculinidad hegemónica.
“Son hombres admirados, difícilmente contrariados, son comúnmente reconocidos tanto por hombres como por mujeres. Cuando encuentran a alguien que no respeta esa autoridad que profesan, no sería extraño que ejercieran violencia como forma de sometimiento”.
 
En su opinión, el modelo hegemónico de masculinidad afecta tanto a hombres como a mujeres. “Tenemos que demostrar que mientras exista la aspiración a ejercer el poder como autoridad por parte de los hombres, a partir del modelo que se les exige, las relaciones entre hombres y mujeres no van a ser buenas, y de esta forma sufrimos ambas partes”
 

lunes, 10 de junio de 2013

Las soledades posmodernas y las redes de amor

Tomado de: Las soledades posmodernas y las redes de amor

Por Coral Herrera Gómez

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La soledad es una invención moderna.

Nuestra sociedad se organiza en equipos de solo dos personas, mejor si es heterosexualmente. Nos juntamos para crear familias (o no), en estructuras de dependencia mutua. Dependencia sentimental y económica, dependencia social y afectiva. Cuando estamos sin pareja decimos que estamos solos, pero la soledad es una invención moderna. Antes la gente vivía en grandes estructuras familiares, en casas amplias donde convivían varias generaciones y parientes sin la misma sangre.

La soledad nació en el seno del Romanticismo trágico del XIX, cuando se impuso el individualismo y la gente se encerró en sus nidos de amor para dúos diferentes pero complementarios. Las  calles y las plazas se vaciaron mientras se llenaban los centros comerciales llenos de parejas , que son en realidad dos soledades unidas. El derrumbe de las redes de solidaridad en la posmodernidad nos han dejado a todos más solos y solas, especialmente los que no tienen a alguien cerca para compartir su soledad.

El budismo con su filosofía del desapego no entiende, sin embargo, la soledad como una tragedia: nacemos solos y morimos solos, y los demás nos acompañan en determinadas etapas del camino. En Occidente, sin embargo, la soledad es la gran enfermedad de los posmodernos. Fromm hablaba de la Era de la soledad, de la época en la que necesitamos emociones intensas, necesitamos comunicarnos y compartir, y sin embargo lo hacemos solos desde casa, apretando el dedo sobre las teclas de una realidad virtual.

La soledad es signo de que algo no va bien, por eso son tan importantes los amigos de los novios en las bodas. La soledad “obligatoria” nos baja la autoestima, nos produce tristeza, desesperación, miedo, y nos margina socialmente un poco, porque vivimos en un mundo de parejas. Nuestra cultura sigue promocionando el individualismo, el miedo al otro, la desconfianza a los espacios públicos que no estén vigilados por videocámaras. La solución a la soledad que nos proponen en esta era del consumo es encontrar a nuestra media naranja.

Unos dedican todas sus energías a la búsqueda, otros se conforman enseguida,  unos encuentran a la persona ideal, otros se cansan rápido y cambian de pareja. Las separaciones y los divorcios son más duros cuando nos hemos aislado del mundo con la pareja; al romper nos quedamos con grandes vacíos, nos sentimos solos “de verdad”. Las parejas de alrededor se vuelcan contigo si eres la víctima, o te alejan si te consideran culpable del divorcio. Nuestras estructuras familiares y sociales caen porque todos los círculos están llenos de parejas. Uno solo desentona y desequilibra la armonía del “dúo”.

te 2 menos puntosPor eso mucha gente busca compañía a cualquier precio y se angustia. Mujeres y hombres cuya pasión absoluta es el amor, la conquista, el sentirse querido, querer al otro, pelearse, reconciliarse. Hay gente a la que se le nota a kilómetros que se encuentra sola y necesita pareja. Gente que necesita ser amada, sentirse acompañada y protegida. Gente que mendiga el amor y se victimiza para parecer más indefensa. Gente que se infantiliza para crear ternura. 

Gente que se disfraza y se opera el cuerpo para obtener el triunfo social de tener un hombre o una mujer a su lado. Gente que se siente cómoda en la división de roles de género, gente que se encierra en la pareja con candado y echa la llave al Sena en París.

Pese a esta necesidad de “amarrar” al otro, nos atraen de las personas su libertad, su energía,  su poder.  Amamos a las personas en la medida en que son libres; lo curioso es que cuando nos juntamos, tendemos a querer domesticar esa libertad, apoderarnos de ella, aferrarnos con dulzura al otro para que no escape de nuestro lado.

En este mundo unos necesitan  darle un nombre al tipo de relación para fijarla, para estabilizarla, para poder ser comunicada al resto, y otros tienen verdadero terror a ser fijados, y huyen espantados cuando oyen palabras que tienen que ver con esa pretensión muy humana de definir y clasificar las cosas, las situaciones, los romances. Es una forma de acabar con el idilio y empezar el compromiso; todo a través de la palabra.

En nuestra época posmoderna, la principal contradicción es, por un lado, el miedo a la soledad y la necesidad de que alguien nos asegure que va a estar con nosotros (firmando contratos matrimoniales si es preciso),  y por otro, una defensa a ultranza de la libertad personal y los espacios propios. Quizás por eso nos divorciamos tanto, y por eso mismo también firmamos hipotecas que nos atan durante más tiempo del que vamos a vivir.

En el caso de las mujeres y los hombres jóvenes, creo que estamos sumidos en la contradicción entre la necesidad de libertad y la necesidad de afecto. Tenemos miedo a la soledad total, pero no queremos atarnos de por vida. Las estructuras de nuestros padres no nos sirven, y por eso estamos probando otras formas de relacionarnos, más flexibles, más cambiantes. A veces buscamos pareja, otras veces buscamos no tenerla; a veces soñamos con príncipes azules, otras veces el principio de realidad se impone y queremos a la gente tal y como es. Nos separamos, nos juntamos, nos chocamos, nos fusionamos, y todo sucede bajo una intensidad y una velocidad que asusta a nuestros abuelos y abuelas.

A pesar de que en el imaginario colectivo la soledad es sinónimo de horror y vacío, la realidad es que a todos nos gusta estar solos de vez en cuando, especialmente si tenemos una gran pasión. Disfruta muchísimo más de la soledad la gente que se dedica a crear (escritores, escultores, bailarines, pintores, videoartistas, diseñadores, cineastas, dibujantes, poetas, cantantes, músicos, coreógrafos, escenógrafos, editoras, artesanas), o la que practica deportes, que la gente que pretende rellenar sus vacíos a través del amor.

Disfrutan más de la soledad y de la compañía los que aman la lectura,  los viajes, los juegos como el ajedrez o las damas, el mundo de las setas, el mundo de los pájaros, el mundo de los videojuegos, las artes marciales, el Yoga, el Reiki, o la meditación trascendental. 

También los que crean comunidades o se insertan en alguna: por ejemplo los activistas que trabajan en colectividad por los derechos humanos, la ciudadanía que se integra en movimientos sociales o políticos, la gente que se une a colectivos espirituales o religiosos, a grupos literarios, a grupos de ciclismo urbano, a grupos de cooperativas agroecológicas.

Hay parejas que no toleran las pasiones del otro, hay parejas que las comparten y conservan las suyas propias. Lo que es obvio, según mi punto de vista, es que la pareja no es la solución para la soledad y que todos necesitamos espacios compartidos y espacios propios.

231860_7697La soledad depende mucho de cómo nos relacionamos y tejemos redes sociales y afectivas a nuestro alrededor. Por eso si nutrimos con cariño nuestras amistades es más difícil que nos sintamos solos o solos.

Tenemos que trabajar  para cambiar esta sociedad individualista, al fin y al cabo, somos animales gregarios que necesitamos compañía. Sobrevivimos como especie gracias a nuestra capacidad para trabajar en equipo y para construir relaciones bonitas basadas en la cooperación y la ayuda mutua.

Si ampliamos nuestros círculos de amistad, si trabajamos en equipo para lograr objetivos comunes y solidarizarnos con los demás,  la vida es menos dura, y tiene más sentido.  Todos necesitamos sentirnos útiles, sentirnos reconocidos por nuestros aportes a la comunidad. Todos necesitamos abrazos, besos, gestos de simpatía y de cariño. Todos necesitamos, en definitiva, querer y sentirnos queridos.

Para evitar las relaciones basadas en la necesidad, la dependencia o el miedo a la soledad, creo que lo importante es fortalecer y mimar nuestras redes sociales. Antes que buscar salvaciones individuales, creo que deberíamos emplear nuestro tiempo y energías en la gente que tenemos alrededor:  vecinos, compañeras de trabajo, amigos, familiares… Diversificar afectos, querernos mejor, relacionarnos con ternura y empatía, ayudarnos mutuamente, trabajar por el bien común nos ayudará a construir comunidades menos individualistas y más solidarias.

Coral Herrera Gómez

domingo, 2 de junio de 2013

Concienciación y Dinero

Concienciación



Hace aproximadamente un año vi el  video que adjunto al final del post. Es largo… os aconsejo que os lo toméis como si de una película se tratara y os acomodéis bien, aunque para nada se hace aburrido. Joan Melé subdirector de Triodos Bank en 1h:49 minutos, hace una exposición extraordinaria sobre la actitud que hemos de tener ante esta crisis y ante el estado en que está el mundo. ¿Cómo es posible que siga habiendo hambre, qué hayan tantas guerras, qué hayan tantas enfermedades "nuevas"? ¿Qué es lo que estamos haciendo mal? También recomienda que te hagas tres preguntas cuando vas a comprar: Qué estoy comprando, por qué lo compro y a quién se lo compro. La primera pregunta te informa del estado del planeta… ¿estoy comprando ecológico? porque si no es así estamos contribuyendo a su destrucción. La segunda te informa de ti mismo y es la más dura ya que muchas veces compramos impulsivamente por un afán de consumismo en busca de una felicidad falsa. Y la última pregunta: ¿a quién o dónde lo estamos comprando? ¿por qué puedo comprar a unos más barato que a otros? ¿qué hay detrás de esta competencia? Es posible que detrás de esta cadena, alguien esté trabajando 16 horas diarias por un sueldo miserable para que nosotros compremos unos jeans en las mejores tiendas de la ciudad. El cambio ha de empezar por uno mismo y Joan Melé me hizo tomar conciencia con una sola frase: "Si tu cambias, cambia tu entorno". Con un particular sentido del humor y con la vehemencia que caracteriza al gran orador que cree en lo que dice, me hizo recapacitar sobre mi propia actitud no sólo ante esta crisis sino ante mi propia vida.  A partir de todas estas reflexiones, se sucedieron diferentes cambios en mi vida que se verán reflejados  en este blog .




Tomado de: Articulo Original