sábado, 19 de enero de 2013

Propuesta 8. ¡El conocimiento nos libera!

Tomado de: Propuesta8




Promover la investigación, el diálogo de saberes y la innovación para alcanzar la sociedad del conocimiento y el cambio productivo
Ecuador, al igual que muchos de los países del Sur, vive una nueva forma de dependencia atada al conocimiento. Cada día que Microsoft decide lanzar al mercado una nueva versión de Microsoft Office, el Sur global no tiene otra opción que comprar sus licencias o “piratearlas”. El mundo ha pasado del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo.

La principal receta para entrar en el nuevo capitalismo fue apostar por la fórmula privatizada de Investigación + Desarrollo + Innovación (I + D + I) y la mercantilización de la educación superior, la ciencia y la tecnología. Dentro de esta estrategia han tenido éxito los países de un desarrollo industrial temprano que impusieron reglas de juego privadas a los demás países del globo, donde el manejo de la propiedad intelectual y las reglas de la Organización Mundial del Comercio (OMC) han sido su principal instrumento de dominación.
 
Un país con un capitalismo tardío y con una economía abierta al mundo desde el siglo XIX, jamás podrá basar una estrategia de gestión del conocimiento en un tipo de ciencia, tecnología e innovación cerrada o privatizada. Ello conduciría al fracaso absoluto. Es por esto que se propone una gestión del “conocimiento común y abierto” al espacio público, en el cual pueda circular con libertad. El modelo de gestión incluye la generación de las ideas creativas, su aprovechamiento, la potencial producción de bienes y servicios y la distribución de sus beneficios. La gestión del conocimiento –visto como un bien público, común y abierto–, no solo expresa un principio o actividad ética acorde al mandato constitucional, sino que desde el punto de vista económico es más eficiente que los modelos cerrados.
 
Frente a esta situación concreta es necesario tomar posición sobre el sentido de la investigación. Un país con baja productividad y que tiene todavía necesidades básicas insatisfechas, no puede darse el lujo de investigar por investigar. La investigación debe tener un trasfondo ético y social: debe ser una investigación aplicada en función de las necesidades del país.
 
La decisión de que sea una investigación aplicada tiene un telón de fondo económico: busca construir economías sociales y solidarias. La Revolución Ciudadana propone ubicar, en el centro de la economía social y solidaria, a la generación, acceso, producción y distribución de la información y el conocimiento, como nueva estrategia de acumulación y redistribución. La construcción de un sistema económico social y solidario sólo será factible si se cuenta con procesos de transferencia social de los resultados de la investigación a escala macro y meso.
 
Se trata de un sistema de gestión del conocimiento que produce Economía Social y Solidaria, en la medida en que es una investigación donde la ganancia social es mayor que la privada, por cuanto distribuye los beneficios de ese conocimiento de una forma abierta, gratuita o subsidiada. Fomenta, además, la construcción de emprendimientos o innovaciones sociales y colectivas eficientes y eficaces, para atacar problemas que, bajo otras circunstancias no serían afectados por circuitos económicos privados.
 
La tarea de investigar en una economía social y solidaria busca producir innovación social. La gestión del conocimiento en el Ecuador debe estar orientada a la edificación de nuevas prácticas y formas de organización, de manera que ayuden a producir bienes y servicios para solucionar problemas propios del país o la región. La innovación social tiene que direccionar aspiraciones sociales y potenciar aquellas ventajas comparativas que ya tenemos de antemano para radicalizar la edificación de una democracia de calidad.
 
Frente a los sistemas del capitalismo cognitivo, basados en la fórmula I+D+I, el sistema propuesto por el Ecuador radica en un aprendizaje cooperativo y abierto, donde la investigación construya economía social y solidaria y permita la innovación para emanciparnos socialmente, a fin de lograr vivir y convivir bien.
 
Finalmente, en el campo de la cultura, educación y conocimiento constatamos que la interculturalidad juega un papel fundamental en este desafío por la igualdad. El conocimiento “científico” así como los saberes diversos (categoría que incluye diferentes saberes y conocimientos) tienen validez en la medida de que éstos forman parte de la experiencia colectiva, patrones asumidos desde las comunidades y que dan respuestas a los problemas sociales, económicos, ambientales, de consumo, etc. de las sociedades. Es así, que los saberes diversos vinculados a la gestión del conocimiento de pueblos, nacionalidades y comunidades, al igual que los conocimientos derivados del método positivista, tienen limitaciones que pueden ser subsanadas desde un diálogo abierto en condiciones igualitarias, bajo mecanismos de complementariedad orientados a evitar cualquier forma de subordinación de un conocimiento o saber sobre otro.
“Es indispensable desarrollar una industria intensiva en conocimiento científico haciendo de la investigación y desarrollo el eje de nuestra producción. Para ello habrá que fortalecer el vínculo entre las universidades y la comunidad para elaborar proyectos que permitan a su vez generar empleo y mejorar los ingresos”. 

Carmen Mancheno, Taller de construcción del Programa de Gobierno, Azuay.


 LINEAS DE ACCIÓN
•          Avanzar con la revolución del sistema educativo y científico. La emancipación social implica la revolución de las ideas. La principal inversión para producir el salto cualitativo en la sociedad ecuatoriana es en las capacidades y los talentos de sus ciudadanos. Articular la cooperación de millones de cerebros (inteligencia colectiva) y producir recursos de uso colectivo y democrático al alcance de toda la ciudadanía, los conocimientos basados en la digitalización, en la democratización de la información y en el acceso abierto y material de las tecnologías en todos los rincones del país. Para ello, fomentamos  el desarrollo de la industria local de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), mediante  uso del software libre, que puede convertirse en un motor importante de innovación para el país. Creemos que los contenidos públicos creados o financiados por el Estado, progresivamente tienen que pasar a dominio de la ciudadanía y ser publicados en licencias creative commons.

•          Disminuir la brecha cognitiva usando como mecanismo la alfabetización digital. Las carreteras digitales (fibra óptica, banda ancha, wifi, etc.) son los nuevos caminos para producir una transformación cognitiva radical. Para ello, extenderemos la infraestructura de fibra óptica en todo el territorio nacional,  incrementaremos el número de usuarios de banda ancha, se fomentará el acceso de los hogares a internet a bajo costo, se continuará instalando infocentros comunitarios; la televisión digital terrestre será una realidad y continuaremos fortaleciendo el gobierno electrónico.

•          Impulsar el Diálogo de Saberes que implica el repensar las instituciones para reinventar las relaciones entre diferentes conocimientos, saberes y expresiones culturales. Las dimensiones epistemológica, política y de gestión son el punto de partida para hacer del diálogo de saberes un recurso estratégico para el desarrollo humano sustentable. Se trata sobre todo, de una propuesta política que nos lleva a democratizar los procesos de interacción de los conocimientos, el impulso a la creación de una cultura de diversidad ciudadana, y un salto cuántico al reconocimiento, promoción y protección de los conocimientos alternativos al conocimiento científico.

No hay comentarios:

Publicar un comentario