viernes, 23 de agosto de 2013

Docente tradicional vs docente 2.0



innovacion

Docente tradicional vs docente 2.0


Los docentes del siglo XXI deben afrontar un reto que les ha impuesto las nuevas tecnologías de la información y la comunicación. El educador tradicional, debe ser reemplazado por lo que solemos llamar un docente 2.0. 

Mientras que el docente tradicional dicta sus clases a la misma hora y en el mismo lugar, utiliza el mismo material didáctico y estilo de enseñanza.  El docente 2.0 trasciende las cuatro paredes del salón, enseña de manera informal y descentralizada, investiga y comparte, diseña sus propios contenidos didácticos, utiliza más de una plataforma, sabe trascender lo conocido, enseña a aprender de los errores y permite las múltiples manifestaciones de la inteligencia.
Un reto difícil de afrontar.

Ser un docente 2.0, como lo muestra el dibujo,  no es solo utilizar tecnología en el aula. El cambio no debe consistir únicamente en cambiar el papel y el lápiz por el ordenador y la impresora, sino en la forma en la que se utilizan las nuevas herramientas. Sin embargo, esta imagen es un fiel reflejo de lo que ha sucedido en muchas instituciones. El desfasaje entre la capacitación de los docentes y las herramientas disponibles han desembocado en una intrusión y no una inclusión de la tecnología en el aula.
Hoy en día, todavía existe mucha resistencia al cambio por gran parte de los docentes. Según Egan Kieran, “cualquier ambición de cambio de paradigma que pretenda reemplazar las ideas actualmente dominantes se encuentra con el problema de que, al principio, la nueva idea se debe contemplar desde las perspectivas que intenta reemplazar”. Es decir que las personas por naturaleza poseen una resistencia psicológica, que vulgarmente se conoce como “ser cabezadura” que consiste en que los individuos se obsesionan con algo que les hace ver la situación solo desde el punto que ellos han adoptado o que es actualmente dominante, impidiendo ver los otros puntos desde un nuevo enfoque.
Un poco de empatía.

De todas maneras creo que existen muchos temores que deben ser tenidos en cuenta. Muchas veces caemos en el error de señalar las falencias de los docentes sin comprender las dificultades que implica la incorporación de las nuevas tecnologías en la educación.



En primer lugar y como vemos en el video, la dificultad que poseen muchas veces los docentes cuando se enfrentan a una computadora de la cual no son contemporáneos. El cambio que se pretende, no es menor. Sobre todo por la desventaja que poseen frente a sus estudiantes para apropiarse de los saberes relacionados con la tecnología.



En segundo lugar, este video debe hacernos reflexionar y tratar de colocarnos en el lugar de los docentes hoy en día. Tratar de tener un poco de empatía con quienes por primera vez no son los transmisores del conocimiento. Más si tenemos en cuenta que desde el punto de vista de la etimología, “alumno” deriva de a = sin; y lumen = luz. En otras palabras un estudiante es el “sin luz”. Es la persona que no tiene la luz del conocimiento, que es ignorante y por lo tanto necesita de alguien que lo ilumine, a este alguien se le llama “maestro” o docente. Cambiar una concepción tan antigua y tan arraigada en el inconsciente colectivo demandará no solo mostrar lo que deberían ser, sino entenderlos y acompañarlos en el proceso de reinvención del rol docente. Solo así lograremos vencer esa resistencia e integrar definitivamente las NTICs en la realidad educativa.

Tomado de: Articulo original

jueves, 22 de agosto de 2013

COCINAS DE INDUCCION MAGNETICA.

COCINAS DE INDUCCION MAGNETICA.


Su Historia:
 La aparición de los primeros conceptos de la cocina de inducción se remota a principios del siglo veinte.1 Alrededor de los años cincuenta la división de frigoríficos de General Motors hizo una demostración con cocinas2 en una gira por los Estados Unidos. La inducción se mostraba calentando un cazo y situando al mismo tiempo un trozo de papel de periódico entre la placa de inducción y el cazo. Nunca llegó a la fase de producción.

A principios de los años setenta se realizaron nuevos estudios en los Estados Unidos en conjunción con el Centro de Investigación y desarrollo de Westinghouse Electric Corporation en Churchill Borough, cerca de Pittsburgh. Ese desarrollo se hizo público en 1971 durante la exposición llevada a cabo por la National Association of Home Builders convention in Houston, en Texas, como parte de la muestra de Productos para el consumidor de la Westinghouse. Se produjeron cientos de unidades para impulsar la entrada del producto en el mercado a las que se denominaron "Cool Top 2" de inducción. El desarrollo se llevó a cabo en el laboratorio de investigación dirigido por Bill Moreland y Terry Malarkey.

El precio de cada unidad era de unos 1500 US$. La producción se realizó entre 1973 y 1975 acabando con la venta de la División de Productos de Consumo de Westinghouse a la White Consolidated Industries Inc.. El modelo CT2 contaba con cuatro hornillos de 1600 vatios cada uno. La superficie estaba constituida por una capa de priocerámica. Cada módulo se alimentaba a 240V que se trasformaban a 20 - 200V mediante una fuente continua variable con un rectificador controlado por fase. La fuente de alimentación lo convertía en una onda de 27 kHz de una intensidad de 30 A (pico) mediante dos amplificadores en paralelo de seis transistores de potencia (Motorola) en configuración medio-puente formando un Oscilador LC resonante, donde el componente inductor era de hilo de cobre enrollado y la sartén u olla como carga. El diseño fue realizado por Ray Mackenzie,3 que superó los problemas de sobrecarga que aparecieron anteriormente.

Más adelante otras patentes fueron apareciendo con mejoras como la reducción de sobrecalentamientos, la detección de sartenes4 o la radiación de los campos electromagnéticos.5

La inducción no llegó a entrar del todo en el mercado estadounidense. Donde finalmente si entró fue en Europa gracias a las colaboraciones que se realizaron entre el departamento de I+D+i de la entonces Balay S.A. (ahora BSH) y la Cátedra de Electrónica de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Zaragoza con proyectos dirigidos por Armando Roy, que iniciaron investigaciones sobre la tecnología innovadora de inducción, dentro del Plan Concertado de Investigación Científica y Técnica (CAICYT).









Finalmente, en 1996 comenzó el proyecto de I+D Inducción III, realizado por BSH en colaboración con la Universidad de Zaragoza, que dio lugar en 1999 al lanzamiento del primer modelo compacto,[cita requerida] en el que la electrónica ya estaba integrada en la zona de cocción.


Su 

Funcionamiento:
Una cocina de inducción es un tipo de cocina vitrocerámica que calienta directamente el recipiente mediante un campo electromagnético en vez de calentar mediante calor radiante por el uso de resistencias. Estas cocinas utilizan un campo magnético alternante que magnetiza el material ferromagnético del recipiente en un sentido y en otro. Este proceso tiene menos pérdidas de energía, el material se agita magneticamente, la energía absorbida se desprende en forma de calor, calentando el recipiente. Los recipientes deben contener un material ferromagnético al menos en la base, por lo que los de aluminio, terracota, cerámica, vidrio o cobre no son utilizables con este tipo de cocinas.

Actualmente el coste de la tecnología de inducción dobla al de una vitrocerámica tradicional, pero las elevadas prestaciones así como su mayor eficiencia energética la convierten en una inversión atractiva. El coste de la producción de esta tecnología se centra en la electrónica de potencia necesaria para su funcionamiento.

 
Imaginemos un sistema de cocina portátil que es el doble de eficiente que la cocina a gas, es más rápida y mucho más fría de operar que la cocina eléctrica. Esto es llamado cocina a inducción y trata sobre la revolucionaria forma de preparar comida.


 La naturaleza de este calentamiento lo hace mucho más eficiente que el tradicional, pues se calienta directamente el recipiente a utilizar, y no indirectamente como se hace con las tradicionales vitrocerámicas basadas en resistencias. Esto contribuye a un ahorro de energía cada vez más apreciado en la sociedad actual. La vitrocerámica de inducción detecta gracias a un sistema de sensores si hay o no recipiente sobre su superficie. En caso de no haberlos, no funciona. Además incorpora las más modernas técnicas de procesado de señal para lograr un control eficiente de la potencia.

El modelo de inducción calienta dos veces más rápido que una placa vitrocerámica convencional. Son capaces de detectar la forma y tamaño del recipiente y se puede elegir la temperatura exacta de cocción (termostato). Además, el tiempo de cocción es muy reducido tardando muy poco en conseguir la temperatura deseada. Esta vitrocerámica facilita la limpieza por su superficie lisa y porque al permanecer fría los posibles desbordamientos no se requeman o incrustan en el vidrio, bastando pasar sobre ella un paño húmedo.

A la hora de decantarse por esta opción tampoco hay que desdeñar la seguridad. Con ella, se evitan posibles quemaduras, ya que no se calienta. La placa de inducción alcanza como temperatura máxima la del calor residual producido por el recipiente. Asimismo, no existe ningún riesgo de explosión fortuita al no utilizar combustibles. Por su seguridad, son las únicas que pueden colocarse con cualquier electrodoméstico debajo: sólo es necesario dejar una distancia. Tienen el problema de que solamente pueden utilizarse ciertos materiales para el menaje de cocina y la condición de que no puede ser usada por personas que lleven marcapasos.[cita requerida]

Es posible fabricar una cocina de inducción que funcione con cualquier metal conductor, sin embargo el sistema convencional es más simple y barato. Para calentar metales como el aluminio, se pueden utilizar varias bobinas que se activan cíclicamente, una después de otra, generando un campo magnético móvil como en un motor de corriente alterna. Este mismo efecto se aprovecha para usar el aluminio en velocímetros y motores de jaula de ardilla.

Aunque el coste de la cocina de inducción suele rondar el doble del precio de una cocina eléctrica vitroceramica de resistencia convencional o halogena, el gasto eléctrico del hogar suele ser un 40% menor y resulta rentable si se usa la cocina con frecuencia. Sobre todo con usos cortos como freír un filete, donde una cocina vitroceramica convencional perdería gran parte de la energía usada en el calor residual de la placa de la cocina.

Respecto a una cocina de gas, aprovecha mejor la energía eléctrica (84%) que el gas producido (40%). Sin embargo, en el proceso total que incluye la generación eléctrica en el país, a partir de combustibles fósiles, solo un 30% (o casi un 60% en ciclo combinado) se convierte en electricidad y el resto en calor, que muchas veces no se aprovecha y genera contaminación térmi


Usa una especie de "hornilla" de cocina y una olla eficiente a la inducción, técnicamente hablando se trata de una olla con base magnética, además existe una bobina electromagnética bajo la "hornilla". Cuando esta olla es colocada sobre la "hornilla" de cerámica, crea una resistencia eléctrica; esta resistencia excita moléculas en la olla, la cual produce calor, pero sólo hacia la olla misma.

  • Este sistema es mucho más barato que la cocina a gas, es más seguro porque no utiliza una llama abierta y además no genera humo. Por último, tiene casi 90% de eficiencia y no requiere mantenimiento.
  • El sistema de cocción por inducción magnética aplicada a las placas de vitroceramina de 6 mm de espesor permite una cocción rápida y completamente segura sin ninguna dispersión térmica. La zona de cocción de 280 mm de diámetro, con una potencia específica de 5 kw cada una se activa inmediatamente solo cuando entra en contacto con el fondo de las ollas específicas para inducción magnética. La zona que no esta en contacto con las ollas permanece fría. 
  •  La inducción es la forma de cocinar más evolucionada, segura, económica y rápida.
  • La diferencia con respecto a las otras formas de cocción es verdaderamente sustancial.
  •  En los equipos de cocina tradicionales, el proceso de calentamiento tiene lugar por conducción e irradiación del calor a través de varios elementos, que primero se calientan y después conducen: la resistencia, la placa, el recipiente de cocción y por ultimo el alimento. En el sistema de cocción por inducción, en cambio, la transformación de energía en calor se produce directamente en el recipiente de cocción.
  •  Mediante la cocción por inducción, el recipiente que contiene la comida se calienta directa y gradualmente, mientras que la superficie de vitrocerámica permanece fría, calentándose marginalmente por efecto del calor de contacto generado por el mismo recipiente.
  •  En consecuencia, los alimentos que rebosan de las ollas no se queman y pueden eliminarse con facilidad y rapidez, tanto durante la cocción como al final de ella.
  • El riesgo de quemaduras se reduce al mínimo.
  • El ambiente de la cocina es mucho más cómodo gracias a la baja emisión de calor.

 


¿Cómo funciona la inducción?
La corriente de red es transformada por un generador de corriente alterna de alta frecuencia, la cual genera un campo magnético, gracias a la presencia de una bobina.
Cuando un recipiente, diseñado con un material especial idóneo para la cocción por inducción, entra en este campo magnético se produce una tensión eléctrica en el recipiente de cocción, del que se origina una corriente remolino.
El efecto del calentamiento mediante corriente y la inversión magnética producen el calor deseado. 


Ahorro de energía.
Una parte del ahorro energético esta garantizado por la capacidad de reconocer automáticamente el metal, de modo que la superficie de inducción se activa solo en presencia del recipiente y se desactiva cuando este es retirado.

En términos de porcentaje, se puede estimar un ahorro del 20% con respecto a las cocinas eléctricas y de un 30% con relación a las cocinas a gas.
Con la cocción por inducción se calienta el recipiente directamente mientras que la superficie de vitrocerámica permanece fría. De hecho, la potencia de cocción seleccionada se transformas directamente en calor dentro del recipiente.
Cocinas que no calientan, pero hierven.
Suena como un contrasentido, pero se trata de la tecnología más moderna en cuanto a cocinas eléctricas. Se trata del Sistema de Inducción Magnética, que le permite a la superficie de cristal o vitrocerámica calentar solo la olla o sartén que se le coloca encima, pero nada más.

Además de la ventaja de seguridad que representa esta tecnología al no tener superficies calientes constantemente, el sistema de inducción magnética evita que cualquier sustancia –liquida o sólida- que se derrame de las ollas, nunca llegue a quemarse.

La mejor demostración se hace cuando se coloca un billete entre una olla con agua para hervir y la superficie de la cocina.

Cuando se activan los controles para calentar el agua, el billete queda intacto a pesar que el agua hierve en cuestión de segundos gracias a que el campo magnético usa la energía con casi un 100 por ciento de eficiencia, pues solo se concentra en el objeto metálico que tiene encima. Este sistema solo funciona con ollas, sartenes o cacerolas con material ferroso. En otras palabras, si un imán no se adhiere en ellas, entonces no sirven para este tipo de cocinas.

Los precios de estas cocinas varían según el fabricante y el modelo y capacidad

Si vives con un enfermo de Alzheimer adapta tu hogar a sus necesidades
La Fundación ‘La Caixa’, señala que a los enfermos de Alzheimer “se les hace difícil realizar labores domésticas y cotidianas y el riesgo de padecer accidentes en su propio hogar se incrementa considerablemente”. De ahí la necesidad de adaptar la vivienda a sus necesidades, para mejorar la calidad de vida de la persona con Alzheimer y de quienes viven con ella.

“El ambiente que debe reinar en la casa de un enfermo de Alzheimer tiene que permitirle participar, en la medida de lo posible, en las actividades familiares y cotidianas e incidir en los trastornos de conducta más característicos del Alzheimer: vagabundeo, pasividad, agresividad...”. En concreto, la vivienda ha de ofrecer “seguridad, confort y accesibilidad”, algo que puede conseguirse sin un coste económico excesivamente elevado.
Cocina y baño, espacios de accidentes domésticos.
El cuarto de baño y la cocina son dos de los espacios más peligrosos para los enfermos de Alzheimer y las personas mayores en general, por lo que necesitan una mayor atención.
La cocina ideal para estas personas es la eléctrica de inducción magnética siendo las cocinas de gas las menos recomendables, mientras que el microondas “es el sustituto ideal del horno”, apunta la publicación.


Otras Ventajas: 
La cocina de inducción tiene numerosas ventajas:

  • Según el U.S. Department of Energy, la eficiencia de transmisión de energía en la cocina de inducción es del 84% frente al 74% de las cocinas vitrocerámicas convencionales. Lo que significa un ahorro de aproximadamente 12% para la misma cantidad de calor generada.6
  • La alta eficiencia en la transferencia de calor de esta nueva tecnología hace que se cocine más rápido, que en las cocinas eléctricas convencionales. También supone un ahorro de energía.[cita requerida]
  • Al calentarse el puchero directamente evita que se queme cualquier cosa que se haya quedado interpuesta entre la cocina y el puchero. Esta característica hace que las cocinas de inducción sean más seguras, reduciendo el riesgo de incendio considerablemente. Además al no quemarse la superficie resultan más fáciles de limpiar porque no quedan restos adheridos y quemados.
  • Como el calor se genera por una corriente inducida, la unidad detecta si el puchero está presente lo que permite que la cocina se apague automáticamente si detecta que el puchero ha sido retirado.
  • Se deterioran poco por lo que suelen durar más tiempo como nuevas.[cita requerida]
  • A pesar de todo, hay que tener en cuenta que estas placas requieren recipientes especiales con fondo ferromagnético que permitan cerrar el circuito de inducción. En general, se puede decir que cualquier recipiente en cuya base se "pegue" un imán es válida para este tipo de cocinas.

Fuentes: WikiPedia 
             Datos Adicionales
 

lunes, 19 de agosto de 2013

El fracaso de Yasuní-ITT es un fracaso del capitalismo


Poco ha trascendido, a mi juicio, una noticia tan importante como la referida al permiso otorgado a las empresas petrolíferas por el Gobierno de Ecuador para iniciar actividad extractiva en el Parque Nacional Yasuní. 

En el año 2007 el Gobierno de Ecuador inició un programa llamado Yasuní ITT en el que “se comprometía “a mantener indefinidamente bajo tierra las reservas petroleras del campo ITT en el Parque Nacional Yasuní, el lugar más biodiverso del planeta”. El Gobierno pedía “a cambio una contribución internacional equivalente al menos a la mitad de las utilidades que recibiría el Estado en caso de explotar el petróleo de este bloque en la Amazonia”, según exponían en la web oficial. Concretamente, Ecuador pedía a la comunidad internacional un total de 3.600 millones de dólares (unos 2.700 millones de euros) a cambio de no explotar unos recursos naturales cuya comercialización les reportaría unos 7.200 millones de dólares.

Es decir, un país situado en la posición 89 en el ranking de Desarrollo Humano de la ONU, y etiquetado como de “desarrollo humano medio”, estaba dispuesto a renunciar a importantes rentabilidades económicas con tal de mantener un espacio natural del que, por razones obvias, se benefician todos los países del mundo. Eso sí, a cambio pedía una compensación a la comunidad internacional que, según se anunciaba, pudiera fortalecer las políticas de erradicación de la pobreza y el combate contra la desigualdad en el seno del país latinoamericano.

Según informa El País, “dejar el petróleo bajo tierra significaba no emitir más de 400 millones de toneladas de CO2 (similar a las emisiones de España en un año), según una publicación de 2011 de académicos ecuatorianos. A ello hay que sumar el peligro para la biodiversidad existente (100.000 especies de insectos, 150 de anfibios, 121 de reptiles, 598 de aves y unas 200 de mamíferos, aparte de unas 3.000 de flora) y la salvaguarda de los derechos de los pueblos indígenas que habitan en la zona, principalmente los waorani, que tienen dos clanes (los tagaeri y los taromenane) que se internaron voluntariamente en la selva virgen a inicios de los setenta, justo cuando arrancaba la exploración y futura explotación petrolera en el Ecuador”.

Pues bien, seis años más tarde de los 2.700 millones de euros sólo se han recaudado 13,3 millones, es decir, apenas el 0,37%. No le falta entonces razón al presidente Rafael Correa cuando denuncia que “el factor fundamental del fracaso (del proyecto) es que el mundo es una gran hipocresía”.

El Gobierno español donó al proyecto 1 millón de euros, una cantidad ridícula pero que ya es muy superior a la que otros países desarrollados han aportado. Para hacerse una idea de la magnitud del compromiso, basta pensar que la Reserva Federal está inyectando cada mes más de 80.000 millones de dólares para estimular su economía; que sólo hasta 2011 España había comprometido 336.000 millones de euros en ayuda a la banca; que el Gobierno español ha dado por perdida hasta 36.000 millones de euros de esa ayuda; y que sólo en el mes de julio el Estado español se endeudó por 877 millones de euros adicionales al presupuesto para financiar Gasto Militar.

El caso de Yasuni puede -y en mi opinión debe- analizarse desde una óptica más abstracta. Y es que tiene que ver, desde luego, con la lógica depredadora de un sistema económico dirigido por los beneficios y que no atiende a lógica o plazos temporales distintos. Un sistema-mundo que aunque está políticamente dividido en múltiples Estados-Nación tiene un funcionamiento económico cuyos efectos económicos, sociales y medioambientales se hacen notar globalmente. Así, la contaminación que provoca la desaforada actividad contaminante china, estadounidense o india tiene efectos perversos en todas las partes del planeta -ejemplo de ello es el cambio climático. Y, a la inversa, los “beneficios” medioambientales de las reservas naturales de Ecuador o Brasil tienen consecuencias positivas incuantificables por el mercado. Lo que los economistas han tratado de describir con el concepto de “externalidades”.

Por otra parte, los resultados de Yasuni no son sino un eco de los innumerables intentos -todos fracasados- de la comunidad internacional por dotarse de un sistema de solidaridad ecológica. De hecho, ni siquiera hoy parece probable que podamos esperar resultados positivos del Protocolo de Kioto. Cabe recordar que los países que se han comprometido a reducir emisiones en la nueva fase del Protocolo no alcanzan el 10% de las emisiones mundiales. Ni Japón ni Rusia, ni Canadá, ni Nueva Zelanda ni por supuesto Estados Unidos -que nunca ratificó el Protocolo- ni China e India han participado de esos compromisos. Así las cosas, algunos todavía piensan que funcionarán mejor los absurdos sistemas de pago por el “derecho a contaminar” como los aprobados por la Unión Europea.

El caso de Yasuni es, en última instancia, un problema del capitalismo. La lógica competitiva del irracional sistema empuja a los países a elegir entre crecimiento económico y respeto al medio ambiente. Esa lógica está hecha explícita en todos los acuerdos que tienen que ver con el medio ambiente. Sin ir más lejos, la UE se comprometió en 2009 a reducir sus emisiones de CO2 un 20% pero anunció que podría alcanzar el 30% si otros países estaban dispuestos a hacer lo mismo. Es decir, no es una cuestión de carácter técnico -de capacidad- sino político -de voluntad-. Es fácil ver que pocos países están dispuesto a convertirse en los tontos útiles de la comunidad internacional y dejar que otros sean los gorrones o, en la terminología académica, los “free-riders“.

En definitiva, tenemos constancia ya de que el opulento modelo de consumo que impone el sistema económico capitalista no puede ser extrapolado a toda la población. Se entiende también, como otros autores, que “el nivel de consumo que ha caracterizado a los países del centro es imposible de exportar al resto del mundo, aunque sólo sea porque el planeta no da para tanto. Hace tiempo que se han quebrado los límites de la sostenibilidad del planeta. Y cualquier proyecto político que trate de ignorar esto es, sencillamente, una estafa” (C. F. Liria y L. Alegre, El Orden de El Capital).

Nuestro planeta tiene recursos finitos, y es radicalmente imposible que pueda soportar eternamente un expolio de estas características. No hay duda; este sistema de producción y consumo inevitablemente llegará a su fin. La cuestión relevante es saber si llegará a su fin de forma ordenada y pacífica, o de una forma brusca y caótica que termine envuelta en una serie de conflictos gravemente perjudiciales para el ser humano. Es la vuelta al conocido dilema entre socialismo o barbarie, pero ahora también desde el prisma ecológico. Casos como el de Yasuni nos demuestran que la lógica del sistema, y la complicidad de los gobernantes de la llamada comunidad internacional, 
apuestan con sus hechos por la barbarie.

 

El Marx sin ismos de Francisco Fernández Buey (XIX)

El Marx sin ismos de Francisco Fernández Buey (XIX)



“Sería un error construir a partir de las desgracias por las que Marx tuvo que pasar en la década de los cincuenta y de su resistencia moral algo así como una hagiografía, una leyenda dorada como la que suele trazarse de esos santos a los que, como decía Unamuno, para mayor edificación, se les presenta absteniéndose de mamar los viernes, ya desde su primera infancia”
Manuel Sacristán (1975)


“Un joven romántico buscando su estilo” es el título del primer capítulo del Marx sin ismos [1]. Una introducción biográfica. Pero eso sí, singular, con detalles desconocidos, con gusto, bien escrita, poniendo énfasis en la relación entre Karl y Jenny Marx, Jenny von Westphalen. FFB fue uno de los -no numerosos- marxistas que destacó este nudo esencial de la vida del revolucionario de Tréveris.
El compás inicial del capítulo: “Karl Marx nació, en 1818, en Tréveris (Trier), una pequeña villa de Renania de origen romano que históricamente había sido puente entre las culturas alemana y francesa. El año en que nació Marx la población de Tréveris apenas llegaba a los doce mil habitantes. La familia de Marx era hebrea, rabínica por ambas ramas: el abuelo paterno había sido rabino en la ciudad; el abuelo materno lo fue en Holanda. Su padre, Hirschel Marx, fue un jurista ilustrado que ejercía un cargo público de cierta importancia en representación de sus colegas ante los tribunales; se había convertido al protestantismo en 1817 e hizo bautizar a los hijos por la Iglesia Evangélica en 1824. Hirschel Marx era un ilustrado a la alemana: se consideraba kantiano y admirador de Voltaire, de Diderot, de Rousseau y de Lessing; la madre de Karl, Henriette Pressburg, holandesa de origen, no llegó nunca a aclimatarse del todo en Alemania aunque se bautizó también, siguiendo al marido, por conveniencias familiares […] Tampoco se puede decir que Karl Marx haya sido un niño precoz. Pasó los exámenes en el colegio con suficiencia, pero sin destacar gran cosa. En la enseñanza secundaria, que siguió en el Instituto Friedrich Wilhelm de Tréveris durante los años 1830-1835, recibió una sólida educación de orientación humanista. Fue el octavo de una clase de treinta y dos alumnos: bueno en lenguas clásicas, regular en religión, flojo en matemáticas y bastante flojo en historia. Sus profesores dejaron dicho de él que era estudioso, agudo y muy apasionado tanto en el hacer como en el escribir. Quienes le conocieron elogiaron sus redacciones sobre temas literarios y su capacidad en la comprensión de lenguas clásicas, aunque el director del Instituto consideró que los escritos del adolescente Karl Marx en alemán acusaban una exagerada búsqueda de la expresión insólita y pintoresca. Sus condiscípulos de entonces le han recordado por la facilidad que tenía para inventar historias, por sus dotes de polemista y por el ímpetu con que trataba de imponer a los demás las opiniones propias. Parece que sus aficiones de adolescente eran sobre todo la poesía y la redacción de libelos. Tenía la pluma fácil pero enrevesada. En 1835, al acabar los estudios preuniversitarios, aquel joven escribía, en las entonces acostumbradas, casi obligadas, reflexiones sobre la elección de carrera, estas palabras: “La carrera que hay que elegir es aquella que nos proporcione la mayor dignidad posible y nos ofrezca el más amplio campo para actuar en beneficio de la humanidad y que nos permita acercarnos a la perfección, meta general para alcanzar la cual todo lo demás son medios. [...] Pues quien crea sólo para sí mismo tal vez puede convertirse en un célebre doctor, en un gran sabio o en un excelente poeta, pero no llegará a ser un hombre completo y verdaderamente grande”.
No está mal el texto joven-marxiano. Tampoco está nada mal el comentario de FFB: “Como todas las redacciones escolares de este tipo tampoco ésta [Escritos de juventud, 1982, 1, 1-4] tiene por qué ser considerada particularmente original. Lo más probable es que Karl Marx haya dicho en ella lo que sus profesores esperaban que dijera. Es natural que en un Instituto en el que, por lo que sabemos, predominaba el talante liberal, y con un padre como el que Karl tenía, la declaración de intenciones del chico cobrara resonancias del Emilio de Rousseau. De todas formas, los biógrafos han creído ver en esta redacción escolar el bosquejo adolescente de un tema que tuvo memorable expresión en el Hyperión de Hölderlin, y que éste compartió con el Goethe de Wilhelm Meister y con el Schiller de la Educación estética, a saber: la aspiración a la plenitud del desarrollo humano, a la superación de los límites impuestos por aquella división del trabajo sin la cual ninguna sociedad moderna puede funcionar; un tema que, sin duda, estaba en el ambiente de la Alemania de entonces, pero que ocuparía ya permanentemente a Marx desde los Manuscritos de París de 1844. No se fuerza nada la exégesis si se añade que esta aspiración a la plenitud del desarrollo humano omnilateral tiene relación directa también con la primera formulación marxiana, todavía poético-imaginativa, de la idea de “reificación” o “alienación”.
Jenny von Westphalen hace acto de presencia. Del modo siguiente: “Algunos biógrafos han exagerado este episodio de la vida de Marx refiriéndose a los prejuicios de la época ante la unión de una aristócrata (física e intelectualmente encantadora, según todos los testimonios) y un plebeyo (que, no era agraciado, tenía cuatro años menos que la novia y, para colmo, era de origen judío). Pero aunque hubo, desde luego, dificultades, éstas no fueron tantas, ni tan agudas y singulares como quiere la leyenda: la posición social de los Marx no era precisamente la propia de plebeyos, sino relativamente distinguida en la pequeña Tréveris; y, por otra parte, todo indica que el joven Marx tuvo una buena relación con Ludwig von Westphalen, el padre de Jenny, al que en 1841 dedicaría su tesis doctoral. Marx habló siempre del padre de Jenny con cordialidad y afecto y en una ocasión le calificó por escrito de “paternal amigo”. La verdad es que el joven Marx universitario admiraba en el padre de Jenny su cultura clásica, su amor al progreso y su “idealismo esplendoroso y convincente”. Fue Ludwig von Westphalen, el cual sabía griego y latín, hablaba inglés y conocía el español y el italiano, quien propuso a Marx algunas de sus principales lecturas literarias en las lenguas originales: Homero y los trágicos griegos, Dante, Shakespeare y Cervantes; autores, todos ellos, abundantemente citados todavía en sus obras de madurez. Es posible, además, que la conversación con este hombre, de ideas saintsimonianas, haya significado para el joven Marx la primera noticia de ideas vagamente socialistas. En cualquier caso, no hay documentos para argumentar que aquella simpatía de Karl Marx por su suegro no haya sido recíproca; los hay, en cambio, que atestiguan una buena y persistente relación de amistad entre Hirschel Marx y Ludwig von Westphalen”.
¿Y entonces? Lo siguiente: “De modo que el obstáculo principal en el inicio de aquella relación amorosa no parece haber sido la existencia de prejuicios raciales en la familia Von Westphalen sino más bien ciertas discrepancias político-religiosas de orden más general con el hermanastro de Jenny, Ferdinand von Westphalen (convertido en cabeza de familia después de la muerte de Ludwig) unidas a diferencias de opinión sobre cuestiones domésticas con repercusión económica para el futuro de las familias respectivas, diferencias aducidas, por cierto, tanto por parte de la madre de Jenny, Karoline Heubel, como por parte de la madre de Karl después de la muerte de su marido. El propio Karl Marx, ya viejo, quiso quitar importancia a los supuestos prejuicios familiares que, según se decía, dificultaron la relación con Jenny en los años de juventud. Cuando en 1881 Charles Longuet, su yerno, publicó en el periódico parisino Justice una necrológica de Jenny von Westphalen en la que contaba que ésta tuvo que superar los prejuicios raciales para casarse con el hijo de un abogado judío, Marx replicó: ‘Esa historia es una pura invención. No hubo prejuicios que superar”. Fuera cierta o no la historia, se entiende la contundencia marxiana.
FFB vuelve al poco sobre la relación entre aquellos dos revolucionarios alemanes, fuertemente comprometidos: “Pero la pasión intelectual le resultaba al joven estudiante berlinés insatisfactoria. A ella se superpone constantemente la pasión amorosa alimentada, como suele ocurrir, por las reticencias familiares y por la distancia de la persona amada. Poco después de llegar a Berlin, todavía en 1836, el joven Karl escribe sobre el descubrimiento de un mundo nuevo: “el mundo del amor”. Y cuando Jenny von Westphalen, enamorada pero discreta, le prohíbe, en tono cortés y educado, que continúe una correspondencia que la hace llorar más de una vez, Marx describe el propio estado de ánimo hablando de “ebriedad nostálgica” y ve su alma llena de fantasmas. Eran seguramente los fantasmas de un nuevo romanticismo en el que la añoranza interior y la nostalgia, confesadas al padre, contrastan con la expresión grandilocuente de los sentimientos en uno de los poemas dedicados a la amada: Arrogante, con flameantes vestiduras,/ el corazón transfigurado por la luz,/ orgulloso, abandono obligaciones y ataduras,/ piso firme por anchas salas,/ revelo ante tu semblante el dolor/ y los sueños se convierten en el árbol de la vida.”
Jenny, desde luego, tuvo su innegable influencia en asuntos centrales. Así lo explica FFB en reflexión singular: “Si hemos de juzgar por algunos testimonios de los interesados, las reservas de Jenny von Westphalen sobre el estilo literario del joven Marx algo debieron influir en la posterior corrección de la prosa de éste. Jenny, que sería luego copista de varias de las obras de su marido y oidora paciente de las poesías del ya maduro Heine en París, recriminaba así al joven esposo: ”Por favor, no escribas en tan amargo e irritado estilo. Escribe llanamente y de modo preciso, con gracia y con humor. Por favor, corazón mío, deja que la pluma corra por las páginas, y aun si en ocasiones tropieza y desafina y repite frases, ahí estarán, con todo, tus pensamientos, enhiestos como granaderos de la vieja guardia, resueltos y bravos [...] ¿Qué importa si su uniforme cuelga con desaliño y no está bien abrochado? Mira qué elegantes parecen los uniformes sueltos, ligeros, de los soldados franceses. Piensa en nuestros rebuscados prusianos. ¿No te da eso escalofríos? Deja que los participios corran y pon las palabras donde quieran ir. Semejante tropa no debe marchar con demasiada regularidad”. Jenny estaba apuntando ahí una de las debilidades de la obra de Marx (y no sólo en los años de juventud): su constante dificultad para la expresión franca y equilibrada de los sentimientos, la falta de educación sentimental. A pesar del interés que ello puede tener, puesto que Marx ha buscado siempre “una forma artística” para sus ideas, no se ha hecho todavía, que yo sepa, una comparación entre el estilo del joven Marx y el de Jenny von Westphalen. Cierto es que tampoco han quedado muchos escritos de la Jenny de esta época (ni de los años siguientes), pero lo que ha quedado es suficiente para llamar la atención acerca del profundo contraste existente entre la redacción sencilla, meridiana, con deliciosos toques de humor e ironía, de ella y la forma crispada, altisonante y muchas veces amarga, de él. Compárese, por ejemplo, el tono de los poemas anteriores con estas palabras de Jenny von Westphalen escritas unos pocos años después de recibir aquéllos: “Aunque en la última conferencia entre las dos grandes potencias no se haya estipulado nada al respecto y ningún acuerdo haya sido tomado en lo que respecta al asunto de la apertura de una correspondencia, y aunque, por consiguiente, no existe ningún medio para forzarla, la pequeña aristócrata de cabellos mal rizados se siente interiormente impulsada a iniciar la danza de los sentimientos de amor y reconocimiento más profundos, de los más íntimos a tu consideración, mi querido, mi bueno, mi único pequeño hombre de mi corazón. Pienso que tú no has sido jamás tan amante, tan dulce, tan afectuoso; y, sin embargo, cada vez que me dejabas quedaba desalentada porque hubiese querido que regresaras de nuevo para decirte una vez más cuánto te amo, cuánto te amo verdaderamente. La última vez partiste triunfante y no sé cuánto le costó a mi corazón aquel momento en que ya no te vi ante mí en carne y hueso, sino sólo ante mi alma tu imagen fiel, tan limpia, con toda su angelical dulzura, con su bondad, con la nobleza de su amor y el resplandor de su espíritu. ¡Si estuvieras aquí, mi Karlenchen querido, cuán dispuesta a la felicidad encontrarías a tu valerosa mujercita! Si por lo que fuera tuvieras alguna queja de mí yo no tomaría contra ti medidas disciplinarias, posaría mi cabeza con paciencia sobre tu corazón ofreciéndosela al joven villano. ¿Quién? ¿Cómo? Luz, ¿qué luz? ¿Recuerdas todavía nuestra conversación al caer la noche, las señales que intercambiábamos, las horas en que dormitábamos juntos? Mi querido corazón, ¡qué bondadoso eres, cuánto me quieres, qué complaciente eres y qué contento te siento! ¡Qué brillante es tu imagen, victoriosa ante mí, y cómo aspira mi corazón constantemente tu presencia, cómo se estremece por ti en el placer y en el éxtasis, cómo te sigue, temeroso, en tus caminos!..!
FFB concluye este punto: “Es difícil decidir acerca de qué motivo influyó más en la renuncia del joven Marx a la poesía romántica: si las consideraciones críticas del padre, que pagaba los estudios, las reticencias de Jenny von Westphalen sobre el estilo del amado o la desilusión del interesado respecto del propio talento en este ámbito (como sugiere Mehring). Probablemente las tres cosas influyeron. Pero lo cierto es que, aunque todavía en 1841 Marx hizo publicar un par de sus poemas juveniles en la revista Atheneum de Berlín, y a pesar de sus relaciones con algunos de los grandes poetas alemanes de la época, desde 1839 sus intereses intelectuales iban a centrarse sobre todo en la filosofía y el periodismo político. Mijail Lifschitz, que estudió con detenimiento la evolución de las ideas de Marx sobre arte y literatura, tiende a quitar importancia en esto a las vivencias personales y considera que el alejamiento de Marx del romanticismo literario fue la expresión de un proceso intelectual más amplio al que no habría sido ajena la aproximación a la filosofía hegeliana y, en particular, la lectura marxiana de la Estética de Hegel con su teoría del ocaso inevitable del arte en la sociedad de la época moderna. Puede ser. Pero al estimar los motivos del alejamiento de Marx del movimiento romántico propiamente dicho hay que tener en cuenta, además, la decepción (que él compartió con los jóvenes hegelianos) ante el “romanticismo coronado” representado desde 1840 en Alemania por Federico Guillermo IV. Pues, en efecto, poco a poco el romanticismo oficial alemán fue perdiendo el inicial impulso crítico y rebelde para identificarse con la defensa del Estado cristiano en Prusia más allá de las esperanzas constitucionales.”
El capítulo sigue en la misma senda, por la misma fuerza intelectual, con el mismo rigor, con la misma energía poliética. No veo mejor forma de finalizar este breve aproximación que la de recomendar su lectura completa -¡no se pierdan este Marx sin ismos- y reproducir esta carta de Jenny Marx a Engels, entonces en Manchester, escrita en Londres, en los alrededores del 17 de enero de 1870. Es la gran Jenny quien escribe:
“Querido señor Engels:
Raras veces quizá ha venido un hamper so à propos [1] como el de ayer. La caja fue abierta y los cincuenta esbeltos hombrecillos quedaron parados, en fila, en la cocina, cuando llegaron el Dr. Allen y su ayudante, un joven doctor escocés, para operar al pobre Moro, de manera que, inmediatamente después de la operación, el Moro y sus dos esculapios pudieron fortalecerse con el exquisito Braunenberger.
La historia esta vez fue, de nuevo, muy mala. Desde hace ocho días habíamos empleado todos los medios; compresas, albahaca, etc, etc, que muchas veces habían ayudado. Todo fue un vano. El absceso crecía constantemente, los dolores se hicieron intolerables y no se había producido ninguna abertura o suturación. Fue necesario cortar; entonces el Moro se decidió finalmente a dar el paso inevitable, llamar a un médico. Experimentó gran alivio después de la profunda incisión y, aunque hoy a la mañana, no está libre de dolores, en general está muchísimo mejor y espero que dentro de unos pocos días estará curado.
Pero ahora debo revelar, en contra de él, un registro formal de pecados. Desde que regresó de Alemania, sobre todo después de la campaña de Hannóver, se sentía indispuesto, tosía permanentemente y, en lugar de cuidarse, empezó a estudiar ruso a toda costa; salía poco, comía de modo irregular y sólo mostró el carbunco debajo del brazo después que éste ya estaba muy hinchado y endurecido. ¡Cuántas veces, mi querido señor Engels, he deseado calladamente, desde hace años, que usted estuviera aquí! Muchas cosas serían diferentes. Ahora espero que esta última experiencia le sirva de escarmiento.
Por favor, señor Engels, no haga ninguna alusión a esto en sus cartas. En este momento él se irrita con facilidad y se enojaría mucho conmigo. Pero, para mi desahogo, necesitaba abrir mi corazón a usted porque me siento impotente para cambiar en algo su modo de vida. Quizá se pueda arreglar con Gumpert para que hable en serio con él, cuando vuelva a Manchester. Es todavía el único médico en el que deposita confianza. En nuestra casa reina ahora un desprecio general hacia toda medicina y hacia todos los médicos; y, sin embargo, sigue siendo un mal necesario; sin ellos uno no se podría curar.
¿Qué me dice del segundo regalo de Año Nuevo que Laura nos ha hecho [2]? Espero que el ritmo veloz se detenga; si no, pronto podré cantar 1, 2, 3, 4, 5,--6-- -- -- 

Tomado de: articulo original

La vigencia de la ideología


La vigencia de la ideología

Cuarto Poder

Hay quién dice que el marxismo es una filosofía obsoleta, que procede del siglo XIX. En el mejor de los casos dicen que sus principios y propuestas son pura utopía y que no están vigentes; cuando no que es una aberración intelectual, representada con cuernos y rabo. Y eso lo dicen precisamente quienes profesan ideas que provienen del siglo I. Una organización jerarquizada, homófoba y antidemocrática, y que ha estado dominando los designios de la humanidad, a sangre y fuego. Me considero marxista por la fuerza de la razón. 
 Algunos pensarán que me he quedado encastillado en la concepción del siglo XIX, pero no es así. Salvando las distancias y los avatares históricos, la mayoría de las circunstancias de entonces, políticas, sociales y económicas, siguen estando vigentes hoy, como vigente es la necesidad de unidad de la mayoría social para cambiarlo todo.

Han transcurrido casi dos siglos y algunas de las reivindicaciones de entonces se pueden seguir haciendo hoy. Ha cambiado el modelo social. Ha surgido la llamada «clase media» y al proletariado se le denomina productor, trabajador y trabajadora. Pero la clase dominante sigue siendo la misma de entonces: los que tienen todo y todo lo pueden.

La esclavitud, tal y como la conocemos por las películas ­­de romanos y demás, ha podido desaparecer, pero la esclavitud de la miseria de siglo XIX está presente en nuestra realidad. Esclavos son quienes sin tener nada, lo deben todo; esclavitud intelectual y política, frente al poder financiero; esclavitud al fin y al cabo, con distintas connotaciones económicas, políticas y sociales, pero esclavitud, y la libertad como principio para ser verdaderamente libres.

Los privilegios de la “burguesía” y del poder político siguen estando tan vigentes como vigente están la dominación de los “mercados financieros” sobre la economía de la ciudadanía y de los propios Estados. La justicia social, la desigualdad y la solidaridad siguen siendo proclamas y reivindicaciones necesarias y urgentes de conseguir para el mayor bienestar y dignidad de hombres y mujeres. En fin, al buen entendedor le sobran información y elementos de juicio, como para entender que las circunstancias históricas no son las mismas; pero si lo son determinadas situaciones que hacen que las mujeres y hombres de hoy sigamos estando sometidos al poder político y económico de la clase dominante.

Hoy como ayer, haciendo un análisis marxista de la realidad injusta en la que vivimos, vemos que la emancipación de la clase trabajadora —«el proletariado», la inmensa mayoría de la población, que solo tenemos la fuerza del trabajo para sobrevivir—, significaría la emancipación de toda la humanidad; por lo que, para que reine la justicia social y la libertad sea una realidad, es necesario transformar el modo de propiedad de los medios de producción; así como la estructura socio-económica tal y como está concebida; cambiar el propio Sistema, que permite la explotación de la mayoría de la sociedad, en beneficio de la minoría. La minoría poderosa, que ostenta la mayoría de la riqueza y de los medios de producción, sigue siendo, como ayer, la clase explotadora de la mayoría que nada posee, los explotados.

El «Programa Máximo» del PSOE en 1880 reflexionaba y hacía unas propuestas, basadas en principios marxistas, porque socialista y marxista era el partido; y decía que la sociedad es injusta, puesto que divide a sus miembros en dos clases desiguales y antagónicas: la clase dominante, la burguesía, que posee los instrumentos de trabajo; y la clase dominada, el proletariado, que no posee nada, salvo su fuerza vital. Y que esta situación es la primera causa de la esclavitud en todas sus formas: «la miseria social, el envilecimiento intelectual y la dependencia política». Y esto es posible, porque los privilegios de la burguesía están garantizados por el poder político, del que se vale para dominar a los trabajadores. ¿Estoy trasnochado? ¿No es exactamente lo que hoy ocurre?

Hoy como ayer, la necesidad, la razón, la dignidad y la justicia social exigen que la desigualdad desaparezca. Para ello hay que hacer desaparecer la estructura social que lo permite. Pero esto no se puede conseguir sino es «transformando la propiedad individual o corporativa de los instrumentos de trabajo en propiedad común de la sociedad entera». Esto es: más Estado social, nacionalizaciones y menos privatizaciones, para mayor bienestar.

Si entonces eran aspiraciones, hoy lo siguen siendo. ¡Trabajadores del mundo, uníos!
Víctor Arrogante es profesor y columnista. En Twitter, @caval100.

Fuente: http://www.cuartopoder.es/tribuna/la-vigencia-de-la-ideologia/4935

Richard Stallman: Cuando los ricos toman el control del Estado, no hay democracia


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Stallman y Sonia Liliana La Cruz este jueves. Foto: L. Bracci
El fundador del movimiento del Software Libre es una persona rebelde y muy peculiar. Invitado al cierre del Congreso Nacional de Software Libre, evento que se desarrolló este viernes y sábado en el Teatro Catia de Caracas, Stallman también compartió el pasado jueves en un foro junto a Quiliro Ordoñez, presidente de la Asociación de Software Libre del Ecuador, y Sonia Liliana La Cruz, activista de Fosschix, organización proSoftware Libre con enfoque de género en Colombia. Si bien el tema era la propiedad intelectual, era inevitable que temas como el espionaje de la NSA a través de las grandes del software (Google, Facebook y otras) y las ideologías políticas se colaran en el foro. Para Stallman, Chávez y Roosevelt lucharon para que “los no ricos” tuvieran más poder.

Texto: Luigino Bracci  / Alexis Anteliz
Stallman, quien está en contra del control de las grandes corporaciones sobre nuestras vidas, en numerosas ocasiones ha negado ser socialista. Pero quienes creen que él es anarquista tendrán que pensárselo: el creador del movimiento del Software Libre cree en la existencia del Estado como una forma de poner límites a los dueños de los grandes capitales. Un miembro del público señaló en el debate que, según el propio Lenin en su libro El Estado y la Revolución, la fase superior del comunismo involucraba la extinción del Estado, y que, mientras existiera el Estado, no podrían existir libertades de ningún tipo. A ello, Stallman le respondió:
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Stallman este jueves. Foto: L. Bracci
“Eso es falso. Sí hay países con libertad. En los ‘Estados Idos’ (Estados Unidos) ya no tenemos tanta libertad, pero la teníamos. El Estado no contradice la existencia de Libertad, pero un Estado sí es una entidad coercitiva”. Stallman pidió al público preguntarse ¿cómo es posible restringir el poder de los ricos?, a lo que él mismo respondió: “La democracia es un método para hacerlo, es decir, que los muchos que no son ricos se unan para juntos tener más poder que los ricos. Es lo que Chávez intentaba hacer con algún éxito y logros en Venezuela, y fue lo que Roosevelt hizo en los Estados Unidos”.
“Pero el problema mundial es que, en la mayoría de los países, los ricos han tomado el control del Estado, es decir: no hay democracia. La democracia no significa elecciones, sino que los muchos que no son ricos empleen el Estado para restringir el poder de los ricos. Y, cuando los ricos toman el control del Estado, ya no hay democracia. Por ejemplo, en Estados Unidos los ricos tienen el control y usan el Estado para tomar siempre más y dejarnos con siempre menos”.
“Pero no se debe rechazar la idea del Estado, porque sin Estado no hay democracia y no hay ninguna resistencia al poder de los ricos”, dijo.
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Stallman y Sonia Liliana La Cruz. Foto: L. Bracci
Medidas contra el espionaje de la NSA
Recordó Stallman que Facebook es un motor de vigilancia, “incluso vigila a quienes no son sus usuarios mediante los botones “Me gusta” y su exigencia del nombre verdadero. Igual ocurre con Google Plus, algo que Twitter no exige, porque puedes usarlo sin emplear software privativo”, por ejemplo a través de la página web Identica.
Indicó que el uso de software libre puede ayudar parcialmente a evitar el espionaje y mejorar la seguridad: “Si un programa de software libre nos espiara, podemos cambiarlo, pero cuando un programa privativo nos espía no podemos cambiarlo. Sólo por suerte podemos saber si un programa privativo nos espía. Pero ellos  no nos espían sólo a través de nuestras computadoras, sino a través de los proveedores de Internet, y al ser la vigilancia fuera de nuestros computadores no basta con software libre: hay que hacer una lucha política”.
Stallman toma muchas medidas en pro de su seguridad. “No navego desde mi máquina, navego a veces desde las máquinas y el Internet de otros, pidiéndoles la computadora prestada. El Gran Hermano nosabe qué hago, asocia mi navegación con otro, pero no siempre el mismo otro”. Igualmente, él no se identifica ante sitios como Google o Facebook, pues el hacerlo facilita el rastreo desde esos sitios. ”Reconozco que es incómodo, pero visto que no quiero identificarme en los sitios, hay muchas cosas en la web que no usaría de ningún modo”, señaló.
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Quiliro Ordoñez y Sonia Liliana La Cruz. Foto: L. Bracci
Acerca de PRISM, el sistema usado por la Agencia de Seguridad Nacional estadounidense (NSA) y dado a conocer recientemente por Edward Snowden, Stallman afirma que es un claro ejemplo de espionaje. Advirtió que “si leen mis correos los funcionarios del FBI y la NSA encontrarán un mensaje dirigido a recordar su obligación constitucional; el espionaje es más político que técnico”.
Sobre la propiedad intelectual, dijo que es un error intentar generalizarlo. Hay que diferenciar esta propiedad de los derechos del autor y de las patentes, que son un grave problema a la libertad de conocimiento. “No existen motivos legítimos para las patentes, la solución es acabar con las patentes”, señaló.
Quiliro Ordoñez sostuvo que si tienes reserva respecto a alguna distribución GNU/Linux con aplicaciones privativas puedes usar Trisquel, que es de fácil instalación y es 100% Software Libre.
A Sonia Liliana La Cruz la motiva la poca visibilidad de las mujeres en el área de tecnologías y en especial en las libres y software libre, que comparó con Colombia, excepto Bogotá que es muy lento en relación al desarrollo que actualmente experimenta Venezuela. La activista advierte sobre los tratados multilaterales como los de libre comercio con EEUU, a partir del cual ya se están patentando la flora y biodiversidad de la Amazonía colombiana. No existe protección legal, si previamente no se licencia por ejemplo Creative Commons, la autoridad competente la asume por defecto como Copyright.
Agradecimientos a Alexis Anteliz y Verónica Díaz por el audio usado para esta nota.
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Foto: L. Bracci
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Foto: L. Bracci
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Foto: L. Bracci
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Quiliro Ordoñez, Sonia Liliana La Cruz y Richard Stallman. Foto: L. Bracci
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Stallman y Octavio Rossell, moderador del evento y organizador del Congreso Nacional de Software Libre. Foto: L. Bracci
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Stallman es muy peculiar, pero sus ideas y contribuciones al software libre cambiaron para siempre el mundo de las tecnologías. Foto: L. Bracci
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Foto: L. Bracci


Disminuirán las colas y la burocracia gracias a Ley de Interoperabilidad y el software libre




De cómo una ley, de ser correctamente aplicada, podría cambiar para siempre el Estado, eliminar la mayor parte de las colas, los gestores, los requisitos y la burocracia, simplemente haciendo lo obvio: interconectando los entes públicos entre sí para que compartan la información entre ellos, para que no tengas que buscar la solvencia laboral, el RIF, la partida de nacimiento, las notas certificadas, el acta de matrimonio y tantos otros requisitos en lugares distintos. Y lo mejor: se hará con Software Libre. José Sosa, presidente del CNTI, nos explica cómo se hará todo esto.

Texto: Luigino Bracci Roa, Alba Ciudad
Lo hemos vivido en carne propia: para sacar un título, inscribirse en la universidad, sacar la cédula del niño, pedir una constancia, solicitar la pensión de la abuela, pagar impuestos, viajar o sacar la solvencia laboral. La lista de requisitos es grande: cédula, RIF, partida de nacimiento, fe de vida, notas certificadas, solvencias, títulos. Y no te queda otra sino pararte a las 3 de la mañana, hacer largas colas, pagar a algún gestor o viajar al pueblo donde vivías hace 30 años. Cuando llevas 4 horas en una larga cola, es inevitable pensar: “¿es que los entes públicos son enemigos unos de otros? ¿Están peleados? ¿Por qué mi universidad no puede conectarse al Ministerio de Educación y leer mis notas certificadas desde allí? ¿Por qué no descargan mi partida de nacimiento desde el SAIME? ¿O mi RIF desde el Seniat? ¿O se conectan a la alcaldía y le piden mi constancia de residencia? ¿Por qué tengo que hacer esto yo? ¿No es trabajo de ellos? Si todos usan computadoras, ¿por qué no están interconectados? ¿Por qué no comparten la información entre sí?”
La Ley sobre el Acceso e Intercambio Electrónico de Datos, Información y Documentos entre los órganos del Estado, mejor conocida como Ley de Interoperabilidad, fue una de las 11 leyes aprobadas por el Presidente Chávez a través de su Ley Habilitante el 15 de junio. Y busca justamente resolver esos problemas usando software libre y estándares abiertos, en un proceso que afectará a 3 mil entes públicos y que sin duda será largo, pero que deberá traer una vida mucho más cómoda al pueblo venezolano a la hora de efectuar diligencias.
Entrevistamos el pasado viernes a José Sosa, una de las personas que trabajó más duro en esta ley, propuesta por los ministros Jorge Arreaza y Ricardo Menéndez. Sosa es presidente del Centro Nacional de Tecnologías de Información (CNTI) y el Centro Nacional de Innovación Tecnológica (Cenit), ambos antes adscritos a Ciencia y Tecnología. En el programa “Cópiate esta Radio” de Alba Ciudad, Sosa nos explicó que la ley busca “que los procesos que se realizan en cada institución no requerirán en el futuro de información que le se solicite a los ciudadanos, sino que la pueden obtener de aquellas instituciones que la generaron. El efecto de la Ley de Interoperabilidad en el tiempo será la simplificación de los trámites administrativos, la reducción de la cantidad de requisitos para cada trámite y la transparencia en los procesos de la gestión pública”. Se espera reducir la corrupción en muchos casos, al eliminar los gestores.
“El tiempo que pierde la gente para hacer cualquier trámite en el Estado se debe a los otros trámites que deben hacer para obtener los requisitos que se piden. Eso a veces significa colas, gestores, taquillas, problemas, retrasos, etcétera. Estos requisitos sobrecargan al ciudadano con mucho trabajo, que debería corresponder a las propias instituciones públicas”, indicó.
Sosa dio numerosos ejemplos de como esta Ley, una vez implementada, cambiará la vida de los venezolanos al evitar que el Estado dejen de pedirnos papeles o solvencias que otros entes del Estado tienen almacenada.
“Por ejemplo, casi todos los trámites que tienen que ver con empresas solicitan la solvencia laboral, que la emite el Ministerio del Trabajo. Si tenemos interoperabilidad, todas las instituciones públicas que hacen alguna gestión con empresas podrían tomar las solvencias laborales directamente del MinTrabajo en formato electrónico, a través de un mecanismo estándar. Eso significa que no se le va a solicitar la solvencia a las empresas; sólo se les solicitará estar solvente, es decir, hacer sus pagos a tiempo en el MinTrabajo, Inces, Banhavit, etc.”
“Cosas como el nombre completo, el apellido y ese tipo de datos se requieren en la totalidad de las planillas electrónicas que se llenan por Internet para cualquier trámite. No tiene sentido preguntar nombres y apellidos vez tras vez, cuando el propio SAIME te puede dar toda esa información con solamente el número de cédula de identidad. Quienes han viajado en avión, saben la cantidad de planillitas que hay que llenar una y otra vez, y siempre se tiene que colocar la misma información. Son las cosas que se pueden resumir simplemente facilitando a las instituciones a que intercambien la información de manera electrónica”.
Compartir la información entre entes del Estado
La interoperabilidad no plantea que todos los entes públicos unan sus bases de datos en un sólo lugar, sino la creación de una plataforma tecnológica que permita a cada institución el intercambiar su información con otras instituciones públicas. “Se instrumenta ese intercambio a través de la definición de estándares”, es decir, el lenguaje común que deben utilizar todas las instituciones públicas para intercambiar información entre sí.
La ley exige el uso de estándares abiertos, que no están atados a una empresa o producto comercial en particular, y pueden usarse libremente sin el pago de regalías o licencias. Igualmente, exige el uso de software libre para la plataforma de interoperabilidad, siendo la primera ley que así lo exige, específicamente en su artículo 35.
Al respecto, Sosa dijo que “es que no podría ser de otra forma. La única manera en la que puedas controlar y garantizar el acceso y la apropiación del conocimiento, y el garantizarle a todas las instituciones públicas que aprendan a utilizar esta tecnología, es que las tecnologías sean libres y los estándares sean abiertos. Cualquier decisión que vaya en contra de eso sería perjudicial para el propio Estado y para el logro del objetivo”.
La ley también plantea el uso de firmas digitales y otros medios informáticos para lograr que el documento físico o en papel sea, en la mayor parte de los casos, innecesario.
Privacidad
Sobre temores con la privacidad de los datos de las personas, Sosa explicó que “no se decreta que la información de las personas vaya a ser pública. Eso es un tema completamente diferente, que tiene que manejarse a nivel de la Asamblea (Nacional)”.
“Hay información que sólo puede ser utilizada por ciertas instituciones públicas; por ejemplo, hay información confidencial que sólo puede ser utilizada por órganos de seguridad del Estado”. Indicó que “no todo tipo de información puede ser intercambiada. Depende de quién la está solicitando y para qué, siempre respetando la integridad moral y física de las personas. Habrá datos que sólo ciertas instituciones puedan compartir o utilizar”.
Sin embargo, fue claso en indicar que “todas las instituciones públicas están en obligación de intercambiar la información”.
Dos años para comenzar
Está planteado un período de tiempo en el cual se establezcan los estándares y plataformas tecnológicas, y dentro de dos años (contados desde la publicación de la ley), las instituciones estarán en la obligación de comenzar el intercambio de los datos.
La ley plantea un comité estratégico a nivel de alto gobierno, presidido por un representante del Vicepresidente, “que indicará las políticas de cómo aplicarse la interoperabilidad a nivel nacional. La Ley se aplica en toda la administración pública nacional, estadal y municipal, además de todos los poderes públicos”, explicó Sosa. “Al tener ese nivel, cualquier conflicto entre dos instituciones por el intercambio de algún dato se dirime a nivel de Vicepresidencia y de ese comité”. Cuando existan problemas del punto de vista legal sobre si se puede compartir determinado dato, el comité estratégico tomará las decisiones.
A nivel táctico, el Ministerio de Ciencia y Tecnología definirá cómo se implementarán los proyectos.
Operador de interoperabilidad, por definirse
Además de eso, la ley define que un ente del Estado, denominado “operador de interoperabilidad”, se encargará de la ejecución de los proyectos, gestionar la plataforma tecnológica y los procedimientos para compartir los datos.
Aún no se ha definido cuál ente será el operador de interoperabilidad. “A partir de la promulgación de la ley, comenzamos a trabajar para la formulación de todos los proyectos para buscar el financiamiento para la procura de la plataforma tecnológica y para todos los desarrollos que venimos haciendo desde el año pasado, relacionados con interoperabilidad. Luego de de que eso esté definido, será la potestad del Presidente definir cuál ente será operador de interoperabilidad, o si se creará uno nuevo”.
Para la interoperabilidad, las instituciones públicas no harán convenios bilaterales, sino con el operador de interoperabilidad. “El Estado venezolano tiene más de 3 mil instituciones públicas… si exigimos que firmen convenios todas contra todas, habría que firmar millones y millones de convenios. Con un operador intermediario con quienes se firmen los acuerdos, éstos se firmarán con una sola institución, y sólo habrá un lugar donde buscar la información, independientemente de que ese lugar busque la información en otra parte”.
En cuanto a la ayuda que se brindará a las instituciones para crear las aplicaciones de interoperabilidad, dijo Sosa que “se van a comenzar a generar soluciones de uso general. Probablemente cada institución tendrá que desarrollar una parte específica de la incorporación de sus sistemas a la plataforma de interoperabilidad, pero ya comenzamos el año pasado a abrir cursos sobre interoperabilidad a nivel gerencial y decisor. Hemos desarrollado ‘cayapas’ técnicas en las que técnicos y programadores de varias instituciones han promovido ideas sobre interoperabilidad. Incluso ya existen algunas soluciones interesantes en algunos entes, como el Ministerio de Salud, Saime, el Servicio Nacional de Contratistas, Seniat, etc. Estas soluciones son muy rápidas de desarrollar y requieren una formación tecnológica que es fácilmente manejable. Estamos preparando el material instruccional y pedagógico para los cursos, como los planes para llevar adelante estos cursos de manera casi inmediata”.
Deberán acatar
Le preguntamos si podría haber casos de instituciones que se nieguen a instituciones que se nieguen a intercambiar información, o a usar software libre y estándares abiertos. “Seguramente se presentarán casos, pero cuando el comité estratégico tome decisiones en ese tipo de conflictos, las instituciones estarán en la obligación de acatar”, y este ente tiene nivel de competencia sobre todas las instituciones públicas.
Independientemente de lo que estén usando internamente las instituciones, “los desarrollos de interoperabilidad y los protocolos de intercambio de información sólo pueden ser abiertos, y los sistemas deben ser libres. Cuando se desarrolle o actualice una plataforma tecnológica para establecer intercambio de información, cada institución tiene que apegarse a las condiciones técnicas del intercambio y no a las condiciones de la institución”.
Recalcó Sosa que “todas las personas que han leído la ley han entendido la importancia que tiene. Es uno de los primeros pasos para dar una optimización real y efectiva del gobierno y del Estado venezoalno. Vendrán nuevos pasos, pero éste tendremos que cumplirlo de manera cabal y completa pues tendrá un impacto grande e importante en toda la población venezolana”.
Tomado de: Articulo Original