jueves, 22 de agosto de 2013

COCINAS DE INDUCCION MAGNETICA.

COCINAS DE INDUCCION MAGNETICA.


Su Historia:
 La aparición de los primeros conceptos de la cocina de inducción se remota a principios del siglo veinte.1 Alrededor de los años cincuenta la división de frigoríficos de General Motors hizo una demostración con cocinas2 en una gira por los Estados Unidos. La inducción se mostraba calentando un cazo y situando al mismo tiempo un trozo de papel de periódico entre la placa de inducción y el cazo. Nunca llegó a la fase de producción.

A principios de los años setenta se realizaron nuevos estudios en los Estados Unidos en conjunción con el Centro de Investigación y desarrollo de Westinghouse Electric Corporation en Churchill Borough, cerca de Pittsburgh. Ese desarrollo se hizo público en 1971 durante la exposición llevada a cabo por la National Association of Home Builders convention in Houston, en Texas, como parte de la muestra de Productos para el consumidor de la Westinghouse. Se produjeron cientos de unidades para impulsar la entrada del producto en el mercado a las que se denominaron "Cool Top 2" de inducción. El desarrollo se llevó a cabo en el laboratorio de investigación dirigido por Bill Moreland y Terry Malarkey.

El precio de cada unidad era de unos 1500 US$. La producción se realizó entre 1973 y 1975 acabando con la venta de la División de Productos de Consumo de Westinghouse a la White Consolidated Industries Inc.. El modelo CT2 contaba con cuatro hornillos de 1600 vatios cada uno. La superficie estaba constituida por una capa de priocerámica. Cada módulo se alimentaba a 240V que se trasformaban a 20 - 200V mediante una fuente continua variable con un rectificador controlado por fase. La fuente de alimentación lo convertía en una onda de 27 kHz de una intensidad de 30 A (pico) mediante dos amplificadores en paralelo de seis transistores de potencia (Motorola) en configuración medio-puente formando un Oscilador LC resonante, donde el componente inductor era de hilo de cobre enrollado y la sartén u olla como carga. El diseño fue realizado por Ray Mackenzie,3 que superó los problemas de sobrecarga que aparecieron anteriormente.

Más adelante otras patentes fueron apareciendo con mejoras como la reducción de sobrecalentamientos, la detección de sartenes4 o la radiación de los campos electromagnéticos.5

La inducción no llegó a entrar del todo en el mercado estadounidense. Donde finalmente si entró fue en Europa gracias a las colaboraciones que se realizaron entre el departamento de I+D+i de la entonces Balay S.A. (ahora BSH) y la Cátedra de Electrónica de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales de Zaragoza con proyectos dirigidos por Armando Roy, que iniciaron investigaciones sobre la tecnología innovadora de inducción, dentro del Plan Concertado de Investigación Científica y Técnica (CAICYT).









Finalmente, en 1996 comenzó el proyecto de I+D Inducción III, realizado por BSH en colaboración con la Universidad de Zaragoza, que dio lugar en 1999 al lanzamiento del primer modelo compacto,[cita requerida] en el que la electrónica ya estaba integrada en la zona de cocción.


Su 

Funcionamiento:
Una cocina de inducción es un tipo de cocina vitrocerámica que calienta directamente el recipiente mediante un campo electromagnético en vez de calentar mediante calor radiante por el uso de resistencias. Estas cocinas utilizan un campo magnético alternante que magnetiza el material ferromagnético del recipiente en un sentido y en otro. Este proceso tiene menos pérdidas de energía, el material se agita magneticamente, la energía absorbida se desprende en forma de calor, calentando el recipiente. Los recipientes deben contener un material ferromagnético al menos en la base, por lo que los de aluminio, terracota, cerámica, vidrio o cobre no son utilizables con este tipo de cocinas.

Actualmente el coste de la tecnología de inducción dobla al de una vitrocerámica tradicional, pero las elevadas prestaciones así como su mayor eficiencia energética la convierten en una inversión atractiva. El coste de la producción de esta tecnología se centra en la electrónica de potencia necesaria para su funcionamiento.

 
Imaginemos un sistema de cocina portátil que es el doble de eficiente que la cocina a gas, es más rápida y mucho más fría de operar que la cocina eléctrica. Esto es llamado cocina a inducción y trata sobre la revolucionaria forma de preparar comida.


 La naturaleza de este calentamiento lo hace mucho más eficiente que el tradicional, pues se calienta directamente el recipiente a utilizar, y no indirectamente como se hace con las tradicionales vitrocerámicas basadas en resistencias. Esto contribuye a un ahorro de energía cada vez más apreciado en la sociedad actual. La vitrocerámica de inducción detecta gracias a un sistema de sensores si hay o no recipiente sobre su superficie. En caso de no haberlos, no funciona. Además incorpora las más modernas técnicas de procesado de señal para lograr un control eficiente de la potencia.

El modelo de inducción calienta dos veces más rápido que una placa vitrocerámica convencional. Son capaces de detectar la forma y tamaño del recipiente y se puede elegir la temperatura exacta de cocción (termostato). Además, el tiempo de cocción es muy reducido tardando muy poco en conseguir la temperatura deseada. Esta vitrocerámica facilita la limpieza por su superficie lisa y porque al permanecer fría los posibles desbordamientos no se requeman o incrustan en el vidrio, bastando pasar sobre ella un paño húmedo.

A la hora de decantarse por esta opción tampoco hay que desdeñar la seguridad. Con ella, se evitan posibles quemaduras, ya que no se calienta. La placa de inducción alcanza como temperatura máxima la del calor residual producido por el recipiente. Asimismo, no existe ningún riesgo de explosión fortuita al no utilizar combustibles. Por su seguridad, son las únicas que pueden colocarse con cualquier electrodoméstico debajo: sólo es necesario dejar una distancia. Tienen el problema de que solamente pueden utilizarse ciertos materiales para el menaje de cocina y la condición de que no puede ser usada por personas que lleven marcapasos.[cita requerida]

Es posible fabricar una cocina de inducción que funcione con cualquier metal conductor, sin embargo el sistema convencional es más simple y barato. Para calentar metales como el aluminio, se pueden utilizar varias bobinas que se activan cíclicamente, una después de otra, generando un campo magnético móvil como en un motor de corriente alterna. Este mismo efecto se aprovecha para usar el aluminio en velocímetros y motores de jaula de ardilla.

Aunque el coste de la cocina de inducción suele rondar el doble del precio de una cocina eléctrica vitroceramica de resistencia convencional o halogena, el gasto eléctrico del hogar suele ser un 40% menor y resulta rentable si se usa la cocina con frecuencia. Sobre todo con usos cortos como freír un filete, donde una cocina vitroceramica convencional perdería gran parte de la energía usada en el calor residual de la placa de la cocina.

Respecto a una cocina de gas, aprovecha mejor la energía eléctrica (84%) que el gas producido (40%). Sin embargo, en el proceso total que incluye la generación eléctrica en el país, a partir de combustibles fósiles, solo un 30% (o casi un 60% en ciclo combinado) se convierte en electricidad y el resto en calor, que muchas veces no se aprovecha y genera contaminación térmi


Usa una especie de "hornilla" de cocina y una olla eficiente a la inducción, técnicamente hablando se trata de una olla con base magnética, además existe una bobina electromagnética bajo la "hornilla". Cuando esta olla es colocada sobre la "hornilla" de cerámica, crea una resistencia eléctrica; esta resistencia excita moléculas en la olla, la cual produce calor, pero sólo hacia la olla misma.

  • Este sistema es mucho más barato que la cocina a gas, es más seguro porque no utiliza una llama abierta y además no genera humo. Por último, tiene casi 90% de eficiencia y no requiere mantenimiento.
  • El sistema de cocción por inducción magnética aplicada a las placas de vitroceramina de 6 mm de espesor permite una cocción rápida y completamente segura sin ninguna dispersión térmica. La zona de cocción de 280 mm de diámetro, con una potencia específica de 5 kw cada una se activa inmediatamente solo cuando entra en contacto con el fondo de las ollas específicas para inducción magnética. La zona que no esta en contacto con las ollas permanece fría. 
  •  La inducción es la forma de cocinar más evolucionada, segura, económica y rápida.
  • La diferencia con respecto a las otras formas de cocción es verdaderamente sustancial.
  •  En los equipos de cocina tradicionales, el proceso de calentamiento tiene lugar por conducción e irradiación del calor a través de varios elementos, que primero se calientan y después conducen: la resistencia, la placa, el recipiente de cocción y por ultimo el alimento. En el sistema de cocción por inducción, en cambio, la transformación de energía en calor se produce directamente en el recipiente de cocción.
  •  Mediante la cocción por inducción, el recipiente que contiene la comida se calienta directa y gradualmente, mientras que la superficie de vitrocerámica permanece fría, calentándose marginalmente por efecto del calor de contacto generado por el mismo recipiente.
  •  En consecuencia, los alimentos que rebosan de las ollas no se queman y pueden eliminarse con facilidad y rapidez, tanto durante la cocción como al final de ella.
  • El riesgo de quemaduras se reduce al mínimo.
  • El ambiente de la cocina es mucho más cómodo gracias a la baja emisión de calor.

 


¿Cómo funciona la inducción?
La corriente de red es transformada por un generador de corriente alterna de alta frecuencia, la cual genera un campo magnético, gracias a la presencia de una bobina.
Cuando un recipiente, diseñado con un material especial idóneo para la cocción por inducción, entra en este campo magnético se produce una tensión eléctrica en el recipiente de cocción, del que se origina una corriente remolino.
El efecto del calentamiento mediante corriente y la inversión magnética producen el calor deseado. 


Ahorro de energía.
Una parte del ahorro energético esta garantizado por la capacidad de reconocer automáticamente el metal, de modo que la superficie de inducción se activa solo en presencia del recipiente y se desactiva cuando este es retirado.

En términos de porcentaje, se puede estimar un ahorro del 20% con respecto a las cocinas eléctricas y de un 30% con relación a las cocinas a gas.
Con la cocción por inducción se calienta el recipiente directamente mientras que la superficie de vitrocerámica permanece fría. De hecho, la potencia de cocción seleccionada se transformas directamente en calor dentro del recipiente.
Cocinas que no calientan, pero hierven.
Suena como un contrasentido, pero se trata de la tecnología más moderna en cuanto a cocinas eléctricas. Se trata del Sistema de Inducción Magnética, que le permite a la superficie de cristal o vitrocerámica calentar solo la olla o sartén que se le coloca encima, pero nada más.

Además de la ventaja de seguridad que representa esta tecnología al no tener superficies calientes constantemente, el sistema de inducción magnética evita que cualquier sustancia –liquida o sólida- que se derrame de las ollas, nunca llegue a quemarse.

La mejor demostración se hace cuando se coloca un billete entre una olla con agua para hervir y la superficie de la cocina.

Cuando se activan los controles para calentar el agua, el billete queda intacto a pesar que el agua hierve en cuestión de segundos gracias a que el campo magnético usa la energía con casi un 100 por ciento de eficiencia, pues solo se concentra en el objeto metálico que tiene encima. Este sistema solo funciona con ollas, sartenes o cacerolas con material ferroso. En otras palabras, si un imán no se adhiere en ellas, entonces no sirven para este tipo de cocinas.

Los precios de estas cocinas varían según el fabricante y el modelo y capacidad

Si vives con un enfermo de Alzheimer adapta tu hogar a sus necesidades
La Fundación ‘La Caixa’, señala que a los enfermos de Alzheimer “se les hace difícil realizar labores domésticas y cotidianas y el riesgo de padecer accidentes en su propio hogar se incrementa considerablemente”. De ahí la necesidad de adaptar la vivienda a sus necesidades, para mejorar la calidad de vida de la persona con Alzheimer y de quienes viven con ella.

“El ambiente que debe reinar en la casa de un enfermo de Alzheimer tiene que permitirle participar, en la medida de lo posible, en las actividades familiares y cotidianas e incidir en los trastornos de conducta más característicos del Alzheimer: vagabundeo, pasividad, agresividad...”. En concreto, la vivienda ha de ofrecer “seguridad, confort y accesibilidad”, algo que puede conseguirse sin un coste económico excesivamente elevado.
Cocina y baño, espacios de accidentes domésticos.
El cuarto de baño y la cocina son dos de los espacios más peligrosos para los enfermos de Alzheimer y las personas mayores en general, por lo que necesitan una mayor atención.
La cocina ideal para estas personas es la eléctrica de inducción magnética siendo las cocinas de gas las menos recomendables, mientras que el microondas “es el sustituto ideal del horno”, apunta la publicación.


Otras Ventajas: 
La cocina de inducción tiene numerosas ventajas:

  • Según el U.S. Department of Energy, la eficiencia de transmisión de energía en la cocina de inducción es del 84% frente al 74% de las cocinas vitrocerámicas convencionales. Lo que significa un ahorro de aproximadamente 12% para la misma cantidad de calor generada.6
  • La alta eficiencia en la transferencia de calor de esta nueva tecnología hace que se cocine más rápido, que en las cocinas eléctricas convencionales. También supone un ahorro de energía.[cita requerida]
  • Al calentarse el puchero directamente evita que se queme cualquier cosa que se haya quedado interpuesta entre la cocina y el puchero. Esta característica hace que las cocinas de inducción sean más seguras, reduciendo el riesgo de incendio considerablemente. Además al no quemarse la superficie resultan más fáciles de limpiar porque no quedan restos adheridos y quemados.
  • Como el calor se genera por una corriente inducida, la unidad detecta si el puchero está presente lo que permite que la cocina se apague automáticamente si detecta que el puchero ha sido retirado.
  • Se deterioran poco por lo que suelen durar más tiempo como nuevas.[cita requerida]
  • A pesar de todo, hay que tener en cuenta que estas placas requieren recipientes especiales con fondo ferromagnético que permitan cerrar el circuito de inducción. En general, se puede decir que cualquier recipiente en cuya base se "pegue" un imán es válida para este tipo de cocinas.

Fuentes: WikiPedia 
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