sábado, 20 de abril de 2013

Benín: Desarrollo humano y lucha contra la pobreza bajo el signo de la descentralización

Benín: Desarrollo humano y lucha contra la pobreza bajo el signo de la descentralización
Michel Tchanu
Cidaf
En vez de hablar de lucha contra la pobreza, hablemos de combate por el progreso. Si damos fe al muy competente Informe de la ONU sobre el Desarrollo Humano, dos benineses de cada cinco son analfabetos y viven privados de agua potable, además de no tener acceso a los servicios de salud. Siendo, para colmo, padres de hijos desnutridos, que corren el riesgo de morir entre uno y cuatro años... Y por tanto, en Benín, la gente no acepta hacer rimar pobreza con fatalidad.

En una radio local, el comentarista de la emisora, Jerónimo Carlos, en su crónica del 17 de octubre, Jornada Mundial de Lucha contra la Pobreza, titulaba su "papel" de este modo: "Reflexión libre sobre la pobreza."

Lo primero que no acepta es el concepto mismo de "Lucha contra la Pobreza." Afirma que eso es una invención de las instituciones internacionales destinada a adormecer nuestras conciencias. Y prosigue: "Cuando oímos hablar de lucha contra la pobreza, nuestras miradas se orientan instintivamente hacia el Continente Africano, que todos sabemos, que bate todos los récords... Pero ¿cómo un continente con un subsuelo tan rico como el africano, puede resignarse a estar el último entre los pobres? ¿Por qué los países africanos pueden enorgullecerse de pertenecer a la categoría de los países pobres más endeudados?" Nuestro locutor, partidario del pensamiento positivo, concluye: "Las palabras que utilizamos colorean nuestro universo mental, condicionando nuestro estado de espíritu... No existen palabras neutras, asépticas, inocentes. Nosotros acabamos creyendo lo que sugieren las palabras, que oímos o empleamos... Por eso, en lugar de hablar de lucha contra la pobreza ¿por qué no decimos: combate para progresar y conseguir la prosperidad? ¿No luchamos para ser ricos, como la mayor parte de los seres humanos? ¿ Por qué nos conformaremos con sobrevivir?" Hasta aquí el pensamiento de nuestro locutor amigo.

Pero antes de avanzar a la conquista de este ideal, tendremos que examinar de donde salimos, cual es el nivel del punto de partida y qué etapas debemos recorrer en nuestro país.

Bolsas de pobreza

A pesar de un crecimiento económico medio anual del 5% desde hace 10 años y las mejoras obtenidas en la redistribución de la renta, aún permanecen en Benín "bolsas de pobreza". El acceso a los cuidados sanitarios es aún escaso. El analfabetismo está bastante extendido entre los adultos. El agua potable llega al 71% de los hogares urbanos, mediante un sistema de fuentes públicas, instaladas en calles y plazas, a donde las mujeres y chicas van con sus vasijas y cántaros a abastecerse. Este sistema ha dado vida a un antiguo oficio: los aguadores, que ahora llevan un "tambor" - bidón de 200 litros - sobre un carillo fabricado con dos ruedas de velomotor, lo llenan en la fuente y revenden por las casas. En los ambientes rurales este porcentaje cae al 46%.

Según el Informe sobre el Desarrollo Humano en Benín, publicado anualmente por el PNUD, el dintel de la pobreza varía según se trate de poblaciones urbanas o rurales, pues en el campo muchas cosas se obtienen gratis, como el agua y la leña, mientras que en la ciudad todo se compra. En las 10 ciudades principales de Benín, la media del nivel de pobreza se establece alrededor de 75.000 Frs. Cfa. (unos 115 Euros) mensuales, lo que da un 30% de pobres en las ciudades. Siendo en particular en Cotonú y en Paraku, los dos centros mayores del país, donde el número de familias carentes sobrepasa el 30% de la media nacional. En los ambientes rurales hay grandes desproporciones entre el norte y el sur, a causa del clima, por eso el dintel medio de la pobreza se fija alrededor de los 50.000 Frs. Cfa. (unos 75 Euros) mensuales, habiendo lugares en que no llega a la mitad de esta suma.

En Benín, la lucha contra la pobreza, hasta fechas recientes, se ha hecho bajo forma de transferencias sociales y de medidas dirigidas a los campos de la salud, de la educación, de la hidráulica rural y de la seguridad social. Pero, desde hace poco, se está reorientando esta política. Ahora los poderes públicos han decidido que todas estas iniciativas sean asumidas por las comunidades de base, para responsabilizarlas de las acciones que derivan de las políticas de desarrollo; así la lucha contra la pobreza será más eficaz para promover el bienestar de los diferentes estratos sociales. La asociación de la sociedad civil y de la iniciativa privada con las ONG's y otros socios particulares en el combate común para eliminar la pobreza está dando resultados espectaculares. Esperemos que sean duraderos, generadores de bienestar.

Entre los proyectos nacidos de esta "unión sagrada" hay que distinguir dos especies: En primer lugar, los que se refieren a acciones programadas por los diversos sectores sociales contra las carencias que sufren: sanidad, educación, medio ambiente y saneamiento básico (eliminación de las aguas residuales mediante alcantarillado o "pozos negros" (fosas sépticas). En segundo lugar, los proyectos que permiten a las micro-empresas tener acceso al crédito para desarrollar actividades generadoras de beneficios: pequeños comercios, talleres de artesanos, criaderos domésticos, adquisición de animales de carga o de labor, etc...

Para las actividades de la primera categoría existe la Agencia de Financiamiento de Iniciativas de Base, creada el 27 de octubre de 1997 y que se ha fijado estos objetivos: El acceso de todos a los servicios sociales, el crecimiento del empleo y la autopromoción de las comunidades. Las actividades de esta agencia se rigen por el principio de la participación de la población, que fijando sus prioridades de manera autónoma, se esfuerza en su realización, comprometiéndose para buscar los apoyos necesarios. Esta metodología - según afirman los responsables de la Agencia - pretende: "Asegurar simultáneamente la duración de las actividades financiadas y la apropiación del proceso de elaboración los productos por los beneficiarios del mismo." De este modo, los financiamientos sólo son realizados como respuesta a las solicitudes de los futuros beneficiarios, de donde se deduce la importancia de las actividades de sensibilización a ellos dirigidas. Pues los mismos deben participar en contrapartida, en la planificación y realización de los micro- proyectos directamente. Gracias a esta estrategia concreta la Agencia de Financiación de Iniciativas de Base (AGeFIB) ha conseguido sus objetivos en diversos campos, por ejemplo: en la construcción o rehabilitación de las escuelas primarias, de los dispensarios y maternidades rurales, el arreglo de caminos de tierra (las famosas "pistas"), la construcción de pequeños puentes y vados en las torrenteras y ramblas, que han facilitado la vida de los campesinos en la estación lluviosa.

Referente a la concesión de micro-créditos a los pequeños empresarios: artesanos, revendedores, costureros y modistas, mecánicos y carpinteros, etc... y a las mujeres emprendedoras con sus huertos de frutas y verduras, recoveras y criadoras de pollos, cerdos y cabritos, etc... hoy en Benín son legión, rivalizando entre las Cajas de Ahorro descentralizadas y las Mutualidades del Crédito Agrícola (FECECAM). Existe también la Asociación para la Promoción y Apoyo al Desarrollo de las Micro-Empresas (PADME), cuyo objetivo principal es promover el crecimiento, el desarrollo y la diversificación de este sector de la economía informal en Benín, para que puedan un día incorporarse al sector formal.

A este propósito ¿cómo no mencionar el Centro Beninés del Desarrollo Duradero, resultado de la cooperación de los Países Bajos y Benín? Esta estructura, que funciona desde 21 de marzo de 1994, trabaja para mejorar las condiciones de vida (salud, alimentación y educación) y a la reducción de las desigualdades entre comunidades urbanas y rurales, desenvolviendo para ello actividades económicas.

Reorientación

La evidencia derivada del estudio del funcionamiento y resultados conseguidos por estas estructuras es que el desarrollo del país no puede ser solamente orientado desde el poder central. En esto todos los ciudadanos concuerdan: El desarrollo debe partir de la base: de aldeas, de pueblos, de pequeños centros urbanos. Por eso, en casi todas las provincias (departamentos) se notan numerosos proyectos de ámbito local y regional. Lo que llama la atención es que a tantas iniciativas como van surgiendo, les falta una coordinación regional, que establezca un plan de conjunto con programas sectoriales donde cada proyecto se encaje. En realidad, en algunos lugares existen organizaciones paralelas, que realizan el mismo trabajo, mientras que en otros lugares están ausentes.

Para poner remedio a esta situación algo anárquica, el Estado se ha lanzado en una política de reforma administrativa, conocida bajo el nombre de descentralización. En aplicación de leyes recientes, el país queda dividido en 77 municipios, de los que algunos gozan de un estatuto particular. Al mismo tiempo, las provincias pasan de 6 a 12. De este modo, las comunidades descentralizadas, que son los municipios, serán administradas libremente por los concejos elegidos por sufragio universal directo. Las primeras elecciones de la historia del país tuvieron lugar en diciembre 2002, constituyendo una auténtica revolución. El gobierno central estima, que con responsables locales elegidos por las bases, a las que deben rendir cuentas de su gestión y buena administración, la lucha para acabar con la miseria saldrá reforzada.

Como recalca un diputado beninés: "El desarrollo regional en un contexto descentralizado alcanzará todo su significado, pues se apoyará en las potencialidades locales, sobre las acciones de las personas morales y físicas, que componen la región, sobre las autoridades administrativas y sobre los concejales elegidos por las mismas bases populares."

No hay comentarios:

Publicar un comentario